Millones de patrias
Javier Barrio González y
Eduardo Gutiérrez Gutiérrez
Páramo
Valladolid, 2020
263 páginas
Crear patria, hacer patria,
parece ser uno de los principios por los que deberíamos guiarnos. Eso sí,
patria entendida como término geográfico, con fronteras. Es un poco
sorprendente encontrar un ensayo sobre la definición de patria en el que apenas
se mencionen las fronteras, como sucede en este Millones de patrias, que con
tanto buen afán han escrito Javier Barrio González y Eduardo Gutiérrez
Gutiérrez, uno desde la definición filosófica y el otro recopilando las
impresiones literarias. No termina de definirse un retrato, ni terminamos de
descubrir si es bueno o malo crear un país, ni es esa la intención del libro.
Entramos en debate y en el debate nos quedamos, que es le lugar del diálogo, es
decir, del encuentro.
En la primera parte, la
filosófica, se nos habla con un lenguaje propio de los especialistas y se
presenta la vinculación del término patria al de Estado. No es posible desligar
uno de otor, a juicio del autor, que da por supuesto que la forma natural de
organizarse la sociedad de los hombres es la del Estado. Eduardo Gutiérrez no
es ajeno al malestar que genera el clima político, las declaraciones y los discursos
de actualidad, a los que rebate desde el estudio. Revisa la historia del significado
del término patria, desde la filología y la filosofía, y nos habla de cómo
trataron tal definición pensadores clásicos, que se entregan a intentar
descubrir si debería haber una versión de amor mediatizada por la pertenencia y
la identidad. Gutiérrez se entrega al lenguaje y a las múltiples facetas del
lenguaje, incluida la visión desde la antropología -que posee más interés en
sus manos que la que retrata desde la teoría política-, para hablarnos de un
concepto que no cesa de ser una utopía. “La dialéctica de los Estados, y no la
dialéctica de clases, es el motor fundamental de la Historia”, comenta,
obviando un poco que los Estados han sido sistemas de distribución de poder y,
por tanto, de perpetuar clases, al margen de las fronteras que los definen, que
imponen también clases entre Estados.
Javier Barrio se
encargará de revisar la patria reflejada en la literatura a través de múltiples
ejemplos, de novelas y poesía, para terminar centrándose en la propia literatura
como patria. El texto está colmado de citas extensas, que se agradecen y que,
como comenta el autor en algún momento, deberían llevarnos a los textos enteros
a los que se refiere. La lista de autores que pasa por las pantallas de la
revisión de patria es abrumadora y concluyente: Cervantes, Machado, Alberti,
Goytisolo, Camus, Papini, Cavafis, Pessoa, Rilke, Zweig, Semprún, Juan Ramón
Jiménez o Kafka, por mencionar solo a alguno de ellos. Aunque más elocuente es
la lista de conceptos que identifica con patria, o que se han identificado con
patria a lo largo de la historia de la literatura: la lengua, la fe, la infancia,
la región -las raíces-, el viaje, el padre y la madre. Pero la conclusión nos
llevará a otro mundo, ese del que se pueden aprovechar los manipuladores para
hacernos creer que patria es lo que ellos definen y debe imponerse en nuestra
voluntad, que es mundo emocional y que en literatura, y en filosofía pero no en
la actualidad política, nos lleva a tratar asuntos que afectan a la
sensibilidad, a la dignidad, a la humanidad. En un perro mundo económico,
patria debería ser un concepto vinculado a la belleza.
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