No tuve tiempo de despedirme de Manuel Talens. Buen escritor, mejor amigo.
Hasta los días de mi vida
Un comentario sobre
el libro Cuba en el corazón, de
Manuel Talens
Por Ricardo Martínez
Llorca
Que la imparcialidad es un mito
burgués no es sólo una afirmación que esgrima el propio Manuel Talens para
justificar el tono de este libro, se trata, además, de una certeza que le ha
venido acompañando desde que comenzó su obra literaria, una valoración que ha
plasmado en todos sus libros hasta alcanzar su máxima cota en esa novela
militante titulada La cinta de Moebius,
una obra que pretende despertar al lector, recordarle que tanto los Reyes Magos
como El Ratoncito Pérez son los padres, aunque los padres no terminen de
creérselo.
En esa línea está este ensayo,
cuyo título obedece al mismo impulso que le empujó a escribirlo, esas razones
del corazón que la razón no entiende. Ni falta que hace. De ahí esa pasión que
no oculta, pero que, como el gran escritor que es, la contiene con un estilo
limpio, el mismo que ha ido depurando a lo largo de su obra, en el que las
frases nos resultan transparentes, pues considera que nada resulta más digno que
elaborar un texto intelectual que pueda ser comprendido por todos.
Este ensayo se compone de siete
capítulos, dedicados a la serie de siete DVD reunidos bajo el título Cuba: caminos de la revolución, preparados
por el Instituto Cubano del Arte e Industria. Cada capítulo contiene una descripción
y una valoración de un documental y de sus extras. Aparentemente, el lector se
encontrará con unos textos a mitad de camino de la divulgación y la crítica narrativa,
pues, a fin de cuentas, la diégesis de un documental también debe funcionar
como artefacto narrativo, algo de lo que es muy consciente Manuel Talens en sus
comentarios. Y aquí podría terminarse la glosa acerca de la obra, de no ser
porque las virtudes de Talens como escritor rezuman de las páginas al
resultarle inevitable expresar su compromiso con la literatura, que en su caso
no sustituye a la vida, pues, parece considerar, vienen a ser lo mismo.
De ahí que en el primer capítulo,
el dedicado a la figura de Che Guevara, detrás de los pormenores y parabienes
que destaca en los documentales sobre el personaje, esté algo tan humano como
el lamento por no haber conocido a la persona, por no haber trasnochado junto a
él o viajado por la misma carretera, ni haber contemplado juntos una puesta de
sol mientras liabas el último cigarrillo del día.
En el comentario sobre el
documental titulado Antes del 59, en
el que se maldice la desfachatez de los gobernantes de Estados Unidos, su
demagogia, su ambición y su incultura, sobrevuela la sensación de que la Revolución ha sido el
resquicio abierto por el que entra la balsámica brisa de aire fresco. Parecido
planteamiento subyace en la interpretación de Los 4 años que estremecieron al mundo, si bien en este caso lo que
se pretende transmitir no es la sensación de un alivio, sino la de la
fortaleza, el valor de enfrentarse con reformas sociales, agrarias o educativas
a la política militar del agresor, de un enemigo que es Goliat armado con la
honda de David.
Por el contrario, al hablar sobre
Una isla en la corriente, el apartado
en el que se trata el asunto de los balseros y la emigración hacia Estados
Unidos, Talens se dedica a reivindicar el pensamiento activo, algo que no es
muy distinto de la inteligencia; sin recurrir a medios de información
alternativos, limitándose a estudiar los mensajes de propaganda, una mente
crítica percibe que los mensajes que nos transmiten no se sostienen, que
pretenden engañarnos por el burdo sistema del bombardeo, pues es imposible ser
hospitalario con las puertas cerradas.
A continuación se revisa la
relación que la Revolución
ha tenido con la cultura, el arte y sus agentes, analizando el documental Entre el arte y la cultura, y, sin
rabia, Talens maldice la visión burguesa del arte por el arte, la que no deja
el poso humano en la condición del hombre, y todo el mundo es hombre, todos los
que configuran el pueblo son humanos y poseen espíritu.
Antes de terminar el libro con
una apología de la figura de Fidel Castro, el hombre que pese a dirigir un país
sabe que el mundo es uno y para salvarlo hay que concebirlo como tal, Talens se
detiene en las estrategias solidarias del régimen cubano, incitando al
pensamiento del lector a comparar esas fórmulas geopolíticas humanitarias con
la labor de nuestros gobiernos y tantas ONGs que existen únicamente para que
algunos comisionistas reciban dinero.
Este libro nos reconcilia,
definitivamente, con la utopía, con esa idea que tanta gente da por muerta
porque ignoran que no es que sea imposible, sino que alguien se empeña en
trabarla, en partirle las piernas. Y ya está bien, coño.
Cuba en el corazón
Manuel Talens
Alcalá Grupo Editorial
130 páginas
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