jueves, 24 de abril de 2025

EN BUSCA DE NUNCAJAMÁS

 

En busca de Nuncajamás

Josep M. Colomer

Anagrama

Barcelona, 2025

383 páginas

 



Este pesimismo programado que nos inunda parece haber sido diseñado con las mismas fibras con que se diseñó esa tortura en la que se desnuda al reo, que terminará por declarar cualquier cosa a cambio de unos calzoncillos. Hay que bajarles las defensas a la gente para que cante lo que alguien con más poder que uno desea escuchar. Lo que vendrá a continuación solo puede ser una condena, que uno dará por buena con tal de salir de la tortura, es decir, del pesimismo. Traducido a un lenguaje de la calle, uno se puede dar por contento si en el trabajo no le echan a la calle. El asunto es como se ha ido cocinando todo esto, cuál es la especialidad gastronómica que se ha impuesto para llegar hasta aquí.

Cuando llegan estas crónicas de Josep M. Colomer uno las lee confiando en encontrar algún tipo de respuesta, al menos una parte de los ingredientes y, dado que se le podría calificar como un testigo político de excepción, parte de la receta. En busca de Nuncajamás es un resumen vital, porque la vida de Colomer ha estado enfocada en la política que mira hacia esa vertiente más institucional. Ahí están sus publicaciones sobre el sentido de la democracia, la transición o el significado del voto, entre otros asuntos que tienen que ver con la ciencia política. Comenzará, como se corresponde a cualquier libro de memorias, con la infancia y los años de formación, siempre teniendo en cuenta la época vivida en la que no se esconden los años de plomo, e irá recorriendo tanto su trayectoria profesional, intelectual, como medio planeta, por el que Colomer ha llevado su trabajo: Europa en los años del cambio tras la caída del muro de Berlín, Estados Unidos y su contexto, los países con regímenes autárquicos, algunos lugares que se merecen una mejor inversión en desarrollo.

Sus diagnósticos quedarán bastante explicados a través de su mirada, la propia de un profesor que habla a los adultos. En realidad, esas mismas épocas y esos mismos lugares merecen ser considerados también desde otros puntos de vista, de los que se suelen encargar cronistas centrados en otros estratos sociales o incluso los novelistas. Pero no es la intención de Colomer hablar tanto de la gente y del dolor o el bienestar de la gente, como de los impulsos de gestión y gobierno, que han sido siempre su especialidad. No se centra tanto en las consecuencias como en los movimientos y pulsiones políticos que parece, con frecuencia, no estar pensados para pisar la calle. En ese sentido, el libro resulta muy revelador y nos satisface al permitirnos enterarnos sobre otros mecanismos, en los que nosotros podremos ser dientes de una rueda dentada, o reos de un pesimismo que él nos ayuda a combatir, al desvelarnos los fundamentos de los juegos de tronos.

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