Las nubes
Juan José Saer
Rayo Verde
Barcelona, 2021
225 páginas
Saer nos habla de una
caravana que se desplaza muy despacio por tierras argentinas, en una época en
la que no existían comunicaciones ni senderos trillados. La caravana está
compuesta de un médico que debe acercar a su clínica a un grupo de locos, custodiado
por unos pocos soldados cuya presencia es más bien testimonial: no pueden
dejarlos solos. El protagonista, el narrador, relata el episodio desde la
melancolía que da la vejez y la distancia: ahora vive retirado y de manera
acomodada en Francia, y han transcurrido treinta años desde aquello que le
cambió la vida. La novela está repleta de esos sucesos que saturan las
narraciones de aventuras: duelos, secuestros, sexo, naturaleza hostil, incertidumbre
y hasta monjas que introducen el factor religioso en unas almas dispuestas a
recibir cualquier cosa que les ponga suelo bajo los pies.
Y, mientras tanto, se
exploran las pocas certezas que definen la frontera entre la cordura y la
demencia, cuya esencia apenas se decanta cuando nos lleva de la mano hacia el rabo
de Satanás que se agita dentro de alguno de los personajes, entre los que
destaca la monja ninfómana. Pero este narrador, que es un observador nato, mantiene
siempre la referencia de quien le asegura no perder la razón, de un maestro, el
médico que le formó, la figura que representa la sabiduría:
“Al leer esas líneas generosas, me llené de orgullo y de alegría, y supe al fin que el verdadero maestro no es el que quiere ser imitado y obedecido, sino aquel que es capaz de encomendar a su discípulo, que la ignoraba hasta ese momento, la tarea justa que el discípulo necesita”.
La lectura de Saer, como
siempre, resulta deliciosa, impresionados como vamos quedando con esa narrativa
en la que las descripciones son mucho más que imágenes, nos hablan como nos
hablan los grabados, con la personalidad del autor, con su sentido de la
estética, depurado, y en función de mejorar, aunque sea un poco, el mundo.
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