Almáciga
María Sánchez
Geoplaneta
Barcelona, 2020
200 páginas
Y así es como va
desarrollando estos textos, cuyo centro de interés es la recuperación de
términos de vida en el campo, con intención de significar que la vida más
natural es que implica volverse territorio. Que la vida natural pasa por reconocernos
como naturaleza. Que lo propio del hombre es la observación, y que esta
observación tenga lugar con un alcance sin fronteras, pero conociendo las
raíces: de lo universal a lo propio, de lo particular a lo eterno. Esta Almáciga
es un compendio personal de lo que está y lo que ha desaparecido, de lo que uno
desearía que siguiera estando y de lo que uno echa de menos, aunque no lo haya
conocido. Nos muestra el idioma como una siembra fértil, como unos lazos de
hermanamiento. Se trata, en buena medida, de evitar que la tierra se vuelva
inútil y callada. Se trata, en definitiva, de dar testimonio de la generosidad de
la tierra.
Antes hemos mencionado la
rebelión y ésta parece ser un fuego que pertenece a los jóvenes. María Sánchez
no renuncia ni esquiva ese aliento juvenil, uno diría que incluso inocente,
como se comprueba en su manera de expresarse, en esa frecuencia con la que
delata la defensa basada en anhelos y veleidades, en buenas intenciones de ser
buenos, en lo natural como sinónimo de lo auténtico. Y lo auténtico es mi
pasado, mis ascendientes, el campo. Lo natural es la poesía, mi poesía, la poesía
en la que habito o me gustaría habitar. De ahí esta secuencia de palabras
favoritas, que son una confesión estética y una defensa moral de una forma de
vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario