martes, 30 de enero de 2024

VALENTINO

 

Valentino

Natalia Ginzburg

Traducción de Andrés Barba

Acantilado

Barcelona, 2024

74 páginas

 



Ni el hedonismo es bien querido ni se considera de recibo sostener, por encima de todo, que hemos venido a sufrir a este valle de lágrimas. Es cierto que el placer nos salva, pero el placer no es tumbarse todo lo largo que uno es para no hacer nada, creyendo que los segundos son sorbos de licor. Si uno no actúa, la vida te depara momentos, sí, pero muy pocos y de esos que apenas sirven de nada. Por otra parte, uno debe marcar perfil y no limitarse a ser lo que los demás han esperado de él. Dicho de otro modo, el personaje central de esta novela corta, Valentino, es un adolescente que se enroca en la adolescencia creyendo que así es como mejor le va a tratar la vida.

Narrada desde la perspectiva de su hermana pequeña, Valentino nos cuenta algo más que la historia de un muchacho que no cumple las expectativas que tenían puestas en él sus padres y se traba en un matrimonio a contracorriente: una mujer poco agraciada, mayor que él, pero con dinero, será lo que le sirva para justificar su abulia. En realidad, Valentino es un retrato de familia en el que se refleja que esta es a la vez esencia vital y farsa. La vida que surge en el seno de esta familia es incómoda, pero nuestra narradora va recogiendo los cambios contantes de percepciones, los vaivenes, los movimientos de péndulo. El personaje central, su hermano, es narcisista y egocéntrico, y parece más un lastre en la existencia de los demás que un motor, pero no deja de ser el hermano, el mediano entre dos muchachas, y dado que los padres ya no están, y él no va a cuidarlas, como hubiera deseado el padre que aspiraba a que su hijo fuera médico, deberán hacer girar sus vidas alrededor de él.

Con un buen hacer sobrio, demostrando que estamos acostumbrados a llamar estilo al exceso de estilo, Natalia Ginzburg (Palermo, 1916 – Roma, 1991) nos demuestra que lo universal se destila en las pequeñas historias. Valentino es una minúscula obra maestra, si se nos permite la expresión.


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