miércoles, 12 de mayo de 2021

MATER

 

Mater

Pilar Salamanca

Páramo

Valladolid, 2021

64 páginas

 


La sensibilidad poética pretende no ser prótesis, sino ser cuerpo. El reto está en comprender que otra gente existe, sí, pero también en comprender que uno existe. ¿Cómo es que hay almas que no son la mía? Es una pregunta que debería acompañar a cómo es que yo tengo alma, o bien, qué es esto que me sucede en el cuerpo, esto que llamamos alma.

En esa indagación se halla el poemario de Pilar Salamanca, Mater, dividido en dos partes, Ella y Él. Cuando se refiere a Ella, nos habla de uno mismo, del yo, de cómo trepan sentimientos en canal, unos sentimientos que, en buena medida, son de dolor. Al cambia a Él, se refiere también a nuestro yo, a nuestra capacidad de sentir, de emocionarnos, pero en nuestra relación con el resto de los seres humanos. No somos aislados, aunque como seres únicos intentamos entendernos.

Javier Dámaso asegura en el prólogo que la poesía de Pilar Salamanca “nos deja constancia de nuestra propia vida, de los fantasmas que acostumbramos a no mirar a los ojos, pero que es preciso nombrar para conjurarlos”. Nadie dijo que vivir fuera a ser fácil. De hecho, incluso a través del aliento poético se nos antoja un esfuerzo, una travesía, con o contra los demás, de o desde los demás, entre los demás y entre las palabras.

 

¿De qué iba aquello de la adolescencia?

aquel miedo,

aquel frotarse, sacudirse y agitarse

contra la bragueta de algún desconocido con acné.

No recuerdo nada y bien que lo siento.

***

Tú piensas

tal vez crees,

dices

saber que fui yo

quién te mató.

Ahora sólo falta demostrarlo.

fracasa y luego,

si todavía tienes ganas,

vuelve a por mí.

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