lunes, 24 de junio de 2019

LA EXCELENCIA DE LAS MUJERES


La excelencia de las mujeres
Plutarco
Traducción de Marta González González
Mármara
82 páginas

En el sistema del patriarcado, el coraje se atribuye al hombre. Nos referimos al patriarcado clásico, al que define la academia como una organización social primitiva en el que la autoridad la ejerce un varón. Y nos referimos al coraje activo, el que actúa. Porque existe otro coraje, el de la resistencia, el de la no resignación, el de quien no se puede mover porque le muerden demasiadas presiones los tobillos y las muñecas. Esa otra forma de valentía puede compartirla la mujer con el hombre. Pero Plutarco no nos lleva a esa resistencia, sino a la rebeldía. Las mujeres sobre las que elige hablar tienen más que ver con Espartaco que con las anónimas hijas de su tiempo. Aunque el libro, al ser un retrato plural, es una historia de historias, uno de esos escasos ejemplos en los que descubrimos que el protagonista de lo que ha sucedido en el mundo ha sido la gente, no los militares ni las circunstancias sociopolíticas.
Plutarco consigue que veamos a las mujeres como un subgrupo, casi como una tribu. Y hace de ellas unos seres deslumbrantes. Es cierto que el texto rezuma la consistencia de la época en la que se escribió, cuando las mujeres estaban siempre a la espalda de los hombres, cuando no tenían derecho a votar en las jóvenes democracias y en las primeras repúblicas. Pero el respeto con el que habla de ellas nos refiere admiración, con prudencia, pero admiración. Se trata de mujeres que intervienen contra villanos, contra guerras, contra tiranías. Su actuación es puro coraje, pero sus motivaciones entran en el ámbito que se atribuía, casi exclusivamente, a las mujeres y a los poetas: el afecto, la franqueza, la fidelidad. Y también un sentido equilibradísimo de justicia, un impulso que no las permitiría respirar sin pasar a la acción.
El libro es de una erudición recomendable, con las características del más puro estilo clásico: una sintaxis perfecta, gracias también a la excelente traducción de Marta González, y una estrategia de predicar con el ejemplo, un ensayo en el que la opinión se deduce de la acción, en el que el pensamiento se expresa con el relato.

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