Que
alguien los mate
Patricia
Evangelista
Traducción
de Antonio Lozano y Francesc Pedrosa
Reservoir
Books
Barcelona,
2025
411
páginas
«Este
es un libro sobre los muertos y la gente que queda atrás. También es una
historia personal, escrita con mi voz como ciudadana de un país que no puedo
reconocer como propio. Los miles que murieron fueron asesinados con el permiso
de mi gente. Escribo este libro porque me niego a dar el mío».
«Nací
el año en que la democracia regresó a Filipinas. Estoy aquí para levantar acta
de su defunción».
Estas
citas, extraídas de las primeras páginas del libro, nos dan muestra de la
intención de la autora: alzar un libro potente donde la denuncia sea el centro
de interés, pero que el lector tome como algo personal, algo que le afecta. Y Patricia
Evangelista (Manila, 1985) lo consigue con mucha solvencia. De hecho, estamos
ante una de las mejores crónicas que se han escrito en mucho tiempo. Evangelista
nos traslada a Filipinas y en una primera parte da cuenta de la historia
reciente del país, mientras menciona un poco su biografía y, en consecuencia,
los avatares de superar allí los días y las noches. Con un estilo directo, sin
concesiones, sin adornos, a base de frases cortas que van funcionando como
eslabones de una cadena, nos atrapa sin ambages. Vamos superando el texto como si
estuviéramos recorriendo junto a ella el camino, y ante su relato sólo pudiéramos
permanecer mudos.
La
lección de periodismo, que lleva una muy alta tensión, crece cuando en lugar de
su memoria y los registros históricos y periodísticos, las fuentes son directas
y atañen a vidas humanas. Rodrigo Duterte alcanza la presidencia del país y
comienza entonces un periodo sangriento. Miles de personas son asesinadas por
escuadrones de la muerte, a los que parecen no ser ajenos la policía del país.
Y Evangelista va entrevistándose con las familias, los abogados y los propios
policías, para reconstruir los hechos en varios casos, en los que no hay indicios
de culpabilidad. La intención del presidente Duterte es eliminar a todo aquel
que tenga algún contacto con las drogas, sea traficante o consumidor. Muchos
jóvenes caerán en unas redadas sin sentido. El tema es ya demoledor de por sí,
pero además, Evangelista confiere a la redacción de sus textos un tono del que
no podemos escapar. De hecho, la frase que acompaña a la promoción del libro,
pronunciada por David Remnick, no es ninguna exageración: Una obra maestra del periodismo.
En
una época en la que estamos comprobando hasta donde puede llegar la maldad de
los déspotas que alcanzan el poder a través de las urnas, esta obra es un aviso.
Lo cual da más valor a Evangelista, una periodista especializada en hablar
sobre la muerte tras las catástrofes. Hace poco leíamos la portentosa Narcotopía,
de Patrick Winn (Amok ediciones), que junto a esta obra forma un díptico de
viajes que nos transporta a lugares donde no nos atreveríamos a ir. Y es que sin
reporteros como Patricia Evangelista o Ptrick Winn, ¿a qué nos veríamos reducidos?
Vivir es una aventura porque está permitido despegar sin levantar los pies del
suelo. Que alguien los mate es una lectura que te obliga a despegar, incluso
levantando los pies del suelo, sin tener que alejarte del sofá. Una de las
grandes recomendaciones para este año.