Morir por la cima. Carlos Suárez. Autoedición. 178 páginas. ISBN: 978-84-615-2846-2. http://libromorirporlacima.blogspot.com.es/
A favor de los cuerpos magnéticos
Al
final, somos limaduras de hierro moviéndose de imán a imán. Pero no tropezamos
con cualquier tipo de imán a lo largo de nuestra vida. La suerte nos la
hacemos. Basta con ejercer nuestro derecho a elegir los retos que nos mejorarán
como persona. Se puede ascender de mil formas a una montaña. Lo importante es
encontrar la propia. Y caminar hacia el cielo. Durante la ruta se nos echarán
al camino toda suerte de incidencias, incluidas las tentaciones. Caeremos a los
pies de los caballos y veremos al cóndor sacar a pasear al sol de madrugada. No
podemos decidir si somos rubios o morenos, altos o bajos, torpes o gatos. Pero
aun así, sí podemos reclamar que somos dueños de nuestro destino.
Ese
es el mensaje que se esconde tras los párrafos que forman esta autobiografía de
Carlos Suárez, centrada en sus
episodios vinculados a un tipo de aventura, que es el deporte de naturaleza y
las situaciones de riesgo. Puede que a lo largo de su existencia Carlos Suárez se
haya transformado, se haya visto atraído por imanes distintos, aunque siempre
relacionados con la ruta que se trazó en los pasos verticales de la montaña.
Pero permanece fiel al destino que quiso para él: evolucionar es necesario, pero no lo es perder la inocencia.
Estructurado
como en una carrera de relevos, Morir
por la cima es un viaje al mundo de la escalada contemporánea. Aparecen
referencias constantes a los grandes mitos de las montañas, mientras se van
presentando personajes clásicos y pintorescos que se cruzaron en el camino de
uno de los grandes de la progresión en vertical. Y, mientras tanto, una pasión
va dando el relevo a la siguiente. Una versión de los deportes de montaña
sucede al anterior. Porque la vida es un transformación constante, bailando de
imán a imán. Aunque los imanes puedan confundirse con la ambición o con el
deseo. De ahí esta necesidad de poner los puntos sobre las íes. Esta
reivindicación de casi doscientas páginas, en negro sobre blanco, del camino
propio para llegar a la cumbre. Hay millones de maneras de alcanzar una cima.
Lo importante es encontrar la propia.
Y
Carlos Suárez ha elegido una en la que prevalece un sentimiento por encima de
los demás, eso tan difícil de explicar con palabras que conocemos como
libertad. Él lo identifica con la ligereza, con la independencia, con la
soledad y con la desnudez. Y con el ahora. Y junto a la libertad, corre por su
vida esa intensidad que lucha por separarse de la vida cotidiana, de los
hombres grises. Todas estas palabras buscan reunir algo semejante a una
filosofía del “más allá de la montaña”. Pero lo que sea que sucede entre la
montaña y nosotros, entre la montaña y Carlos Suárez, no está en la cabeza.
Como la verdad, es algo demasiado grande como para pretender que quepa en
dentro del cerebro.
Al
igual que tantos otros antes que él, Carlos Suárez ha sentido que era el
momento ideal para explicarse, para explorar ese espacio que está detrás de las
escaladas. Y ha dado como fruto un libro que demuestra la honradez que un
hombre debe tener consigo mismo. Un libro, eso sí, al que no le hubiera venido
mal una revisión de la prosa. Pero eso, me temo, pertenece al ámbito que
importa a los lectores que han hecho de la literatura la misma pasión que
Carlos Suárez pone sobre el tapete a la hora de enfrentarse a las montañas.
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