Si no te gusta tu vida
¡Cámbiala!
Jesús
Calleja
Planeta
Barcelona,
2014
222
páginas
Bajo
una acacia, un naranjo, un roble, es donde uno debe sepultar a los seres que ha
querido. Y que seguirá queriendo aunque no entienda por qué no vuelven nunca a
casa a la hora de la cena. A alguien que padecerá ese duelo el resto de su
vida, porque llega un momento en que no quiere dejar de sentirlo, pues sería
mayor el dolor por la culpa de creer que puede perder la memoria del ser
querido que el anhelo de convencerse de que es capaz de ser feliz, con una
felicidad sin prisas ni euforia, al tiempo que reconoce siempre la ausencia. El silencio del duelo es siempre un espacio
cerrado en ese hogar que termina en la frontera de nuestra piel.
Recuerdo
al protagonista de Doctor Zhivago, en
la cinta de David Lean, pues he
perdido un poco la exactitud de la novela, a quien no podía gustarle su vida.
Era imposible que le gustara su vida cuando a su alrededor la gente moría bajo
los más absurdos disparos que se han creado en la historia de la narración del
hombre. Y también recuerdo sus complejos para tomar decisiones de amor. Cada
vez que al protagonista se le venía toda la tribulación sobre los hombros y
cargaba con muchísima tristeza, siempre hallaba un arresto para levantar la
cabeza. Entonces veía la luna llena, las hojas saltando de los árboles en
otoño, las golondrinas acuchillando el cielo.
Me
resulta complicado conjeturar que pensaría el habitante de una Villa Miseria
que acaba de enterrar a su hermano, o el propio Zhivago, si leyeran un libro
como este que ha escrito Jesús Calleja.
El título, sin duda obra de un departamento de marketing en el que la mayor
parte del tiempo los trabajadores se dedican a afilar la punta de los
lapiceros, es toda una declaración de intenciones: Si no te gusta tu vida, ¡Cámbiala! El subtítulo no tiene
desperdicio: El desafío de hacer realidad
tus sueños. En ocasiones uno siente el impulso de escribir al responsable
de esta generación de sentencias de autoayuda para contestar, por ejemplo, que
si no le gusta su vida lo que debe hacer es cambiar de gustos. O que si hacer
realidad los sueños es un desafío, que visite el espectro humano donde miles de
millones de seres siguen viviendo por la mera necesidad animal de seguir
respirando, sabiendo que al día siguiente morirán de inanición, ignorando que
exista una fuerza interior capaz de generar sueños.
Pero
olvidemos los afortunados complejos publicitarios. Jesús Calleja, que no
necesita presentación, ha escrito un libro autobiográfico en el que se muestra
tal y como es, tal y como ha sido siempre. Un traidor al título del libro:
Jesús disfrutó de su infancia, de sus iniciativas empresariales disparatadas,
de sus primeros pasos como montañero y de sus empresas más atrevidas. Nunca ha sentido la necesidad de cambiar su
vida por el hecho de que no le gustara, dado que, si uno sigue la velocidad a
la que avanza su escritura, siempre la ha disfrutado.
Hay
que estar de acuerdo con él cuando afirma que no cabe rendirse. Pero en ningún
momento Calleja pierde esa energía, la misma que hemos visto tantas veces en la
televisión, que indica que la derrota no es una opción. Que escoja lo que
escoja, al final uno siempre sale ganando. Porque
se ha reinventado un poco, a pesar del miedo. O de un miedo que sospechamos
real, que seguro que ha sido real. Porque cierto efectismo con el que se
critican sus documentales y que comparte este libro, ese que nunca le llevará a
ganar un premio en el Festival de Cine de
Montaña de Banff, no basta para ocultar su valor o su locura.
Calleja
nos lleva por los episodios más importantes de las aventuras que protagonizó
para grabar episodios de Desafío extremo.
No se puede negar que hay un poco de narcisismo, pero tampoco que si uno se lo
encontrara en un refugio de montaña, se haría un sitio a codazos, a su lado,
para charlar con él. Porque alguien que es un divulgador tan enérgico tiene que
ser, a la fuerza, un conversador brioso.
El
resto, esos comentarios acerca de que con la fuerza de voluntad uno puede
conseguir lo que quiera, hasta sus sueños, lo dejamos, mejor, para quien quiera
hablar de otro tipo de publicaciones. A mi juicio, hay ciertos tipos de
terapia, centradas en esos principios, que al negar la aceptación niegan,
precisamente, la calma, la tranquilidad, la felicidad de inventarse sueños
inalcanzables. Pero creo que Jesús Calleja no estaría del todo en desacuerdo
conmigo. Además, siempre me llevan a recordar al comentario que el personaje
que interpreta José Sacristán en la
magnífica cinta Un lugar en el mundo,
le dice al muchacho que le acompaña a lo largo de casi toda la acción: “Si
quieres tener dinero lo tendrás. Serás una mierda de tío, como yo, pero tendrás
dinero”.
Fuente: La línea del horizonte
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