Sobre Sánchez
Osvaldo
Baigorria
Varasek
Madrid,
2017
172
páginas
Este
es un libro estupendo.
Aquí
debería acabar la reseña, porque explicar las razones por las que un libro es
estupendo, debería sobrar. Lo conveniente sería leerlo.
Al
final de la reseña ofrecemos más información sobre Néstor Sánchez, un apunte
biográfico de esta figura única en la literatura mundial. En cuanto al libro
que tenemos entre manos, uno se atrevería a decir que, utilizando en cierta
medida las estrategias de Cortázar en Rayuela,
donde el clásico es una obra pesada, trabada, Osvaldo Baigorria (Buenos Aires,
1948) triunfa a lo grande. El libro, como una sinfonía, se divide en tres
partes. Aunque la segunda se trate más bien de un interludio, por lo breve.
En
la primera, se intenta reproducir una biografía de Néstor Sánchez: excéntrico,
vehemente, inusitadamente desaparecido como escritor y en vida como persona,
pobre, ególatra, bipolar e inadaptado, místico o tal vez esquizofrénico,
misántropo pero obsesionado con la muerte (pretendía vivir 300 años) y, en
definitiva, la representación por antonomasia del lumpen. Y, por supuesto,
vagabundo. La biografía resulta tan incompleta que no puede sino reflejar la
vida de Sánchez como un espejo roto y con los pedazos esparcidos devuelve la
imagen. Eso sí, en cada uno de ellos queda grabada la vehemencia de Sánchez,
que no cesaba de denunciar la pérdida de poesía en la literatura contemporánea.
Imita a los beatniks o no se sabe si a los hippies, durante su apogeo en los años
70 y 80. Visita a París con afán de ser bohemio y en Manhattan sobrevive como
un sin hogar.
En
el interludio, se intenta interpretar la figura o entender quién fue Sánchez.
Sabiendo el fracaso de cualquier interpretación, Baigorria nos lleva por el camino
del deseo de que nos encontráramos frente a un sabio, casi un gurú.
La
tercera parte puede leerse como tal, o intercalada con la primera, dado que
tiene la forma de notas finales. Pero no es sino la descripción de los viajes
del autor a la hora de seguir los viajes de Sánchez. Están redactadas de tal
modo que se leen con continuidad, como un nuevo relato en el que es imposible
separar vida y obra. Se impone el concepto de la actualización del nómada, la
idealización que susurra que la única forma auténtica de viajar, la única que
ya no es turismo, al menos en occidente, es la del puro vagabundo. Como notas,
está repleto de conjeturas. Se permite salirse del relato, para indagar en el
proceso creativo y en el ámbito del proceso creativo. Sánchez, lo reconoce, es
un buen cínico, pues no carecía de lirismo. Pero, además, como el propio
Baigorria, está convencido de que la libertad es una utopía real. Es decir, que
uno es libro si realmente quiere sentirse libre.
Como
no podía ser de otra manera, el libro está escrito con un extraordinario
sentido del oído. Suena como debió ser la vida y el habla de Sánchez. Suena con
acento argentino. Podríamos analizar qué tipo de híbrido es y meternos en el
fango de los rizomas y metatextos. Pero mejor que eso, dejemos la afirmación
inicial como conclusión. Este es un libro estupendo. Ojalá lo lean miles de
personas.
Fuente: Culturamas
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