Suttree
Cormac McCarthy
Traducción
de Pedro Fontana
Mondadori
Barcelona,
2004
562
páginas
25
euros
En algún momento, durante la lectura de esta sórdida
novela, al lector se le pasará por la cabeza una idea terrible: si la metáfora
del río como vida está fuertemente arraigada en la literatura, la
interpretación que McCarthy hace de la misma sólo puede llevarnos al infierno,
a un infierno espesado con todo tipo de escoria y pestilencias.
¿Qué clase de mente visionaria es capaz de idear
unos episodios tan demoledores en unos parajes tan miserables? Y, sobre todo,
unos destinos tan estremecedores, más sobrecogedores, si cabe, dada la
resignación con que sus portadores los aceptan, como si no cupiera darle
importancia a la culpa que les llevó a estrellarse contra el fondo del abismo.
Tal vez porque cuando ya no cabe sino sobrevivir, lo único a lo que uno puede
dedicarse es a pisar o saltar sin acrobacias sobre la basura, sobre los
desperdicios, sobre la violencia. Sobre la mierda que McCarthy detalla con una
contundencia expresiva asfixiante, midiendo cada palabra, jugándosela en cada
palabra, sacando a cada vocablo su máximo peso hasta el punto de conseguir que
una voz como “miel”, por ejemplo, hieda a lo más podrido. En este sentido, cabe
elogiar la traducción de Fontana.
Llega otro momento en que el lector se pregunta si
esa forma de vigilar la escritura no responde a un proyecto estético, y la
respuesta le devuelve el sabor a gangrena: seguramente, detrás de esta novela
de McCarthy, uno de los escritores que mejor describen del mundo, se esconda un
proyecto poético relacionado con los excrementos y lo marginal, vinculado al
odio. Y aquí es cuando debemos regresar al río, por el que desciende la basura
arrojada desde una ciudad que aparece al fondo del paisaje, y el lector va dándose
cuenta de que ese odio tiene mucho de denuncia, de que esa mente visionaria se
corresponde a la de alguien que achaca a las aglomeraciones urbanas la
degeneración humana y la suciedad que está invadiendo el paisaje, y, por tanto,
la de alguien que añora la inocencia de los espacios naturales. Por fortuna,
McCarthy también nos ha dado la Trilogía
de la frontera para demostrarnos que esta es una apreciación exacta.
La novela nos narra episodios de la vida de Suttree,
un hombre que elige vivir como las bestias solitarias, al borde del río,
pescando siluros, negándose a trabajar, alcoholizado y que sufre la inquietante
dolencia de tener el corazón a la derecha, episodios que exageran los límites
de lo humano y que sencillamente suceden, como pasa el agua del río saturada de
condones y miasmas.
Suttree es una soberbia novela
monstruosa.
Fuente: Lateral
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