miércoles, 14 de febrero de 2018

MORIR POR LA CIMA



Morir por la cima. Carlos Suárez. Autoedición. 178 páginas. ISBN: 978-84-615-2846-2. http://libromorirporlacima.blogspot.com.es/

A favor de los cuerpos magnéticos

Al final, somos limaduras de hierro moviéndose de imán a imán. Pero no tropezamos con cualquier tipo de imán a lo largo de nuestra vida. La suerte nos la hacemos. Basta con ejercer nuestro derecho a elegir los retos que nos mejorarán como persona. Se puede ascender de mil formas a una montaña. Lo importante es encontrar la propia. Y caminar hacia el cielo. Durante la ruta se nos echarán al camino toda suerte de incidencias, incluidas las tentaciones. Caeremos a los pies de los caballos y veremos al cóndor sacar a pasear al sol de madrugada. No podemos decidir si somos rubios o morenos, altos o bajos, torpes o gatos. Pero aun así, sí podemos reclamar que somos dueños de nuestro destino.
Ese es el mensaje que se esconde tras los párrafos que forman esta autobiografía de Carlos Suárez, centrada en sus episodios vinculados a un tipo de aventura, que es el deporte de naturaleza y las situaciones de riesgo. Puede que a lo largo de su existencia Carlos Suárez se haya transformado, se haya visto atraído por imanes distintos, aunque siempre relacionados con la ruta que se trazó en los pasos verticales de la montaña. Pero permanece fiel al destino que quiso para él: evolucionar es necesario, pero no lo es perder la inocencia.
Estructurado como en una carrera de relevos, Morir por la cima es un viaje al mundo de la escalada contemporánea. Aparecen referencias constantes a los grandes mitos de las montañas, mientras se van presentando personajes clásicos y pintorescos que se cruzaron en el camino de uno de los grandes de la progresión en vertical. Y, mientras tanto, una pasión va dando el relevo a la siguiente. Una versión de los deportes de montaña sucede al anterior. Porque la vida es un transformación constante, bailando de imán a imán. Aunque los imanes puedan confundirse con la ambición o con el deseo. De ahí esta necesidad de poner los puntos sobre las íes. Esta reivindicación de casi doscientas páginas, en negro sobre blanco, del camino propio para llegar a la cumbre. Hay millones de maneras de alcanzar una cima. Lo importante es encontrar la propia.
Y Carlos Suárez ha elegido una en la que prevalece un sentimiento por encima de los demás, eso tan difícil de explicar con palabras que conocemos como libertad. Él lo identifica con la ligereza, con la independencia, con la soledad y con la desnudez. Y con el ahora. Y junto a la libertad, corre por su vida esa intensidad que lucha por separarse de la vida cotidiana, de los hombres grises. Todas estas palabras buscan reunir algo semejante a una filosofía del “más allá de la montaña”. Pero lo que sea que sucede entre la montaña y nosotros, entre la montaña y Carlos Suárez, no está en la cabeza. Como la verdad, es algo demasiado grande como para pretender que quepa en dentro del cerebro.
Al igual que tantos otros antes que él, Carlos Suárez ha sentido que era el momento ideal para explicarse, para explorar ese espacio que está detrás de las escaladas. Y ha dado como fruto un libro que demuestra la honradez que un hombre debe tener consigo mismo. Un libro, eso sí, al que no le hubiera venido mal una revisión de la prosa. Pero eso, me temo, pertenece al ámbito que importa a los lectores que han hecho de la literatura la misma pasión que Carlos Suárez pone sobre el tapete a la hora de enfrentarse a las montañas.
 

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