miércoles, 28 de febrero de 2018

SOCIEDADES COMPARADAS


Sociedades comparadas
Jared Diamond
Traducción de Jesús Cuéllar Menezo
Debate
Barcelona, 2016
189 páginas

Jared Diamond (Los Ángeles, 1937) se empeñó un día en demostrar que el sexo es un pequeño calambre, lo cual desembocó en uno de esos libros que apenas merece la pena echarle un vistazo. Por lo demás, El mundo hasta ayer o El tercer chimpancé son dos grandes ensayos. Pero Colapso y, sobre todo, Armas, gérmenes y aceros son, sencillamente, obras maestras. Perteneciente a esa camada de autores de ensayo convencidos de que lo importante es la buena narración, Jared Diamond se ha convertido en uno antropólogo al que es inevitable acudir en busca de alguien que sepa recopilar la información, plantear qué hacer con ella y de su hipótesis construir el mejor relato. Geógrafo y antropólgo, sus vivencias entre los nativos de Nueva Guinea, comparadas con su cotidiana vida en un barrio residencial de Los Ángeles, prueban que uno no tiene que conocer todo como para entender el mundo. Ahora llega a las librerías con un libro de menor formato, Sociedades comparadas, en el que resume, en buena medida, lo que ha aprendido durante el estudio de sus ensayos anteriores. Al menos lo que de verdad importa, lo que atañe a nuestro presente y a nuestro futuro.
La obra se divide en siete capítulos sobre las cuestiones de las ciencias sociales que se pueden aprender siguiendo el método ornitológico, es decir, la observación. En el primer capítulo aborda el imperativo de la geografía a la hora de señalar por qué unas sociedades son ricas y otras pobres; cómo influye la posibilidad de transporte por barco, más barata que por carretera, o la riqueza mineral de la tierra o los agentes patógenos. En el segundo capítulo se aborda el problema de las instituciones, las tradiciones democráticas y las dictatoriales, y los accidentes históricos que unas y otras han supuesto para cada región del planeta; crea el término instituciones complejas, que son aquellas que surgen a partir del nacimiento de la agricultura y la ganadería domesticable, y que llevan implantadas en los lugares ricos de la Tierra más tiempo que en los pobres. El tercer capítulo se centra en China, aunque comparándola con Europa: por sus diferencias geográficas, por las diferencias de las tradiciones, por el peso de la política en la población durante las últimas décadas. El cuarto se atiene a las crisis personales y se pregunta si las mismas, que se resuelven de unas formas ya más o menos investigadas por ciencias como la psiquiatría o la psicología, se pueden aplicar a la investigación de las crisis sociales, nacionales a través de cambios selectivos. El quinto capítulo, el más personal, regresa con la memoria a Nueva Guinea para comparar las reacciones ante el peligro individual y el extrañamiento que nos supone el conocer las de sus habitantes; sin embargo, es aquí donde explica el concepto de paranoia constructiva y su utilidad para la supervivencia, pues implica prestar atención a los actos diarios que suponen un bajo riesgo, antes que a las grandes catástrofes que es casi imposible que nos pasen rozando. El sexto capítulo está dedicado al individuo como habitante de una nación, sobre las diferencias entre los dos tipos principales de enfermedades mortales, las transmisibles y las no transmisibles –como la hipertensión y la diabetes-, y como estas influyen en la esperanza de vida de los pueblos según sus costumbres o su adaptación.
Por último, se aborda el problema del cambio climático, de la desigualdad y de la gestión de los recursos renovables. Aunque tal vez se trate del capítulo menos intenso, no deja de ser el más preocupante. Y por tanto el libro cojearía de no estar aquí incluido. Porque la geografía, esa ciencia que es la ciencia del viaje, no debe ser una mera descripción. En manos de Jared Diamond, es siempre un gran relato.


Fuente: Culturamas

No hay comentarios:

Publicar un comentario