lunes, 5 de marzo de 2018

SOLO



La tarea que Richard Byrd (1888-1957) se impuso en la Antártida, leída a fecha de hoy, era una estupidez. Él mismo confiesa que se estaba dando cuenta de que era un hombre estúpido, perdido con una tarea estúpida, y que así es como sería juzgado. Fue a la Antártida como hombre de acción. Previamente había superado récords de aviación en una época en que los motores de los aviones se sujetaban con alambre y el fuselaje temblaba con la velocidad. Fue con intención de servir a la ciencia y se dio cuenta de que todo eso no valía nada, que era un reflejo en un espejo...



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