Un protagonista de carácter usurpador va a ir robándole la identidad, la
memoria, a su amigo, con quien emprenderá un viaje al límite, precisamente a un
parque nacional de las altas cumbres. Lector incondicional de Conrad, Martínez
Llorca escribe pasajes como el siguiente: “A nuestro alrededor, el circo de
cumbres de granito, desolladas, filudas, que rasgaron el pellejo de la tierra
al brotar desde las asaduras del infierno, anuncia que en el viento de mañana
navegarán millones de esquirlas de hielo”. Una invitación a la aventura tal
como puede concebirse en el siglo XXI.
Jorge Carrión (Quimera)
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