miércoles, 24 de mayo de 2017

La vida es, casi sin excepción, un enorme y sofisticado estorbo para la música.


Podría ser un diario si anotara las fechas.
Podría ser un cuaderno de viajes si visitara lugares distintos a los habitados por el ser humano.
Podría ser un tratado filosófico si no dejara asomarse a lo cotidiano, y un estudio sociológico si no dejara entrar a lo eterno, a lo infinito.
La ciudad, el instante detenido a través de una reflexión o una fotografía, un ajuste de cuentas con la sociedad y sus flaquezas, y al fondo la esperanza; son los ejes cardinales de esta obra que, mediante textos breves, articula la visión de un hombre en la plenitud de su madurez.
«‘Cuando te alcanza la noche’ remite al pensamiento nocturno y a la desilusionada visión de la existencia que comparten filósofos como Schopenhauer o Cioran», afirma Joan M. Marín en el prólogo. «A sus ojos todo resulta cuestionable, ya sea una esencia metafísica o una nimiedad cotidiana; da igual que se trate de la religión, de la cosa pública o de la profesión política. Bajo su mirada taciturna y desencantada desfilan tanto las taras de la contemporaneidad (el consumo, las prisas) como las taras de siempre (el gregarismo, el señuelo de la patria). Cierto es que tampoco escapan las taras propias del ego (la vanidad, la charlatanería, la incapacidad para la felicidad)».

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