Homo Tenuis
Francisco
Jota-Pérez
El
Transbordador
Málaga,
2019
196
páginas
Existen
muchas formas de dejar de existir, pero todas terminan en lo mismo, en la nada,
en algo que no es ni siquiera oscuridad, que es desaparición en el mismo
sentido en que el tiempo anterior a la memoria no es nada, ni siquiera tiempo,
ni siquiera anterior, pues eso presupondría la existencia del tiempo. Este
ensayo nos habla de una forma de desaparición, consistente en imbricarse. La
arquitectura del discurso a que nos somete Francisco Jota-Pérez (Barcelona,
1979) nos guía a través de la oscuridad, que es otro método para desaparecer. Las
propias palabras elegidas, que pretenden afirmar un ensayo psicodélico, abundan
en imbricaciones de todo tipo: neologismos, desinencias, prefijos, etc., que
hacen al texto transcurrir a una peligrosa velocidad, sin descanso, o sin el
descanso que nos deberíamos permitir para asumir el contenido. No faltan
formaciones próximas al surrealismo –“HIPEROBJETO INTERDIMENSIONAL, TRANSARMÓNICO,
VIOLENTADOR ONTOLÓGICO”- aunque en este caso no son formaciones sin función,
pues están al servicio de unas hipótesis que sustentan tanto la maldición de
nuestra cultura actual como sus bendiciones. En cierta medida, al autor contemporáneo
que se encuentra más próximo es a Germán Sierra.
Jota-Pérez
ataca a la época contemporánea, que llama Capitaloceno, donde la cultura está
al borde de la desaparición. Parte de una figura que se ha hecho legendaria
tras varios memes publicados en internet: Slenderman. Se trata de un moderno
mito de terror, a través del cual entramos en los paradigmas de la cultura o
civilización que crea la difusión. Llamamos hiperstición a la superstición más
allá de… creencias o vínculos con la lógica. Para ello debemos saber qué es lo
real: “un fluido medioambiental de signos, apariencias, preceptos y
comportamientos, constantemente actualizable y ecosistema en el que algo simplemente
verosímil puede convertirse en verificable previa naturalización de su veracidad”.
Así, bajo esta premisa se expone la nueva alfabetización, que se corresponde a
la nueva realidad, en la que participan objetos que se definen a través de una
narrativa o, para ser precisos, narrativas que crean el objeto.
De
esta manera nos encontramos en otra etapa en la que no es posible, como
siempre, superar el miedo al vacío, que es la constante que atraviesa este
ensayo. El futuro es una bestia y el presente se construye a base de predicciones,
narraciones, que acotan el futuro que, es inevitable, nos traerá sorpresas.
Pero esa bestia creará los paradigmas a los que nos aferramos y que aquí se
acumulan en sentencias que se suceden sin cesar, creando en el lector un efecto
de bola de nieve. Pero se trata de una bola de nieve que ha sido fragmentada y
vuelta a montar una y otra vez. Así nos embarcamos en una lectura de un libro
en movimiento, una especie de cáscara de nuez en medio de un tifón, que
pretende definir una cultura, civilización, que agoniza, pero a la que todavía
le queda el mito, esas atribuciones que creamos para hacer positivas las
destrucciones de la identidad, la autoridad y la credibilidad, dice Jota-Pérez.
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