Sal&Roca, septiembre de 2018
Diarios de una nómada apasionada
Isabelle
Eberhardt
Traducción
de Adolfo García Ortega
La
línea del horizonte
215
páginas
Este libro es
una confesión. Se trata de una recopilación del pensamiento y en sentimiento
íntimo de Isabelle Eberhardt (Meyrin, Ginebra, 1904 – Aïn Sefra, Argelia, 1904). Dictado
sin cortapisas y con un afán juvenil, el mismo de quien se ve en la tesitura de
hacerse adulto y elige hacerse adulto con todas sus consecuencias, es una obra
maestra de la duda y la elección, de la observación y la integración del modo
de vida elegido en eso que, a falta de otra palabra, llamaremos alma. Viajera y
escritora suiza de origen ruso, Isabelle vivió, y murió cuando una riada inundó
su casa, en el desierto argelino a la edad de 27 años. Hija ilegítima de
Nathalie d´Eberhardt y de Alexandre Trophinowsky, sacerdote armenio amigo de
Bakunin, recibió una educación nada convencional. Muy temprano tomó la
costumbre de vestirse como un hombre para experimentar una vida libre y sin
ataduras. Emuló a Alí-Bey (Domingo Badía) o al mismísimo Richard F. Burton. En
1897 viaja con su madre a Argelia y ambas se convierten al Islam, pero su
progenitora muere a los seis meses en Bône y allí quedó enterrada con el nombre
de Fatma Mannoubia. Poco después Isabelle se traslada definitivamente al país y
comienza una vida en la que se mezcla sus correrías a caballo por el desierto
vestida de hombre, sus crónicas de guerra, artículos para medios franceses, y
hasta labores de espía para el general Hubert Lyautey. Su encuentro con el
suboficial Slimène Ehnni, con quien se casó en 1901, le proporcionó la poca
estabilidad emocional que tuvo en vida.
Los años finales de su corta, ambigua, e intensa vida en el
desierto argelino son la médula de estas páginas escritas entre 1900 y 1904, el
año de su trágica muerte. Cuando Isabelle redacta estas notas no tenía in
mente su publicación, por lo que constituyen un documento
veraz y espontáneo sobre sus preocupaciones, pero también su personalidad.
Apasionada, rebelde, tierna, Isabelle se funde con el desierto y la cultura
árabe con una exaltación romántica que lo impregna todo. Vestida de hombre y
bajo la identidad masculina de Mahmoud Essadi recorre el desierto, da cuenta de
su pasión por la Causa Árabe, se inicia en la espiritualidad sufí y ama
locamente a Slimane Ehnni, el soldado argelino con quien se casó en 1901.
Su propia vida fue su mejor novela. Una vida que ha
inspirado un par de películas, documentales, novelas y una ópera. Hasta el
propio John Berger coescribió un guion sobre su fascinante historia.
“Nómada era ya cuando, de pequeña, soñaba al mirar las
carreteras, las blancas carreteras tan atrayentes que conducen, bajo el sol que
entonces me parecía más deslumbrante, directas a los encantos desconocidos... Y
nómada seré el resto de mi vida, enamorada de los horizontes cambiantes, de las
lejanías por explorar”.
Reporteras españolas, testigos
de guerra
Ana
del Paso
Debate
334
páginas
"Cuando
una periodista es destacada a una zona de conflicto no viaja pensando en vivir
o morir, sino con el objetivo de contar lo que sucede", afirma en Reporteras españolas, testigos de guerra Ana
del Paso, doctora en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense
y durante años periodista internacional en la agencia EFE. "A mí me ha
costado mucho llegar a donde he llegado y me preguntaba si a otras compañeras
les había pasado lo mismo: lo duro que es hacerse un hueco, ser enviadas o
proponer y elegir temas", añade tras haber sido corresponsal en Oriente
Próximo o enviada a la Guerra del Golfo.
Como
respuesta nació esta obra, fruto de la primera tesis dedicada a las reporteras
y enviadas especiales españolas que a lo largo de la Historia han informado
sobre conflictos armados: desde Francisca
de Aculodi, la mujer que en 1687 se convirtió en la primera
periodista de nuestro país, y sus colegas de finales del siglo XIX y principios
del XX Carmen de Burgos, Teresa de Escoriaza o Josefina Carabias; hasta 34
periodistas contemporáneas, pioneras como Rosa María Calaf y Carmen Sarmiento, de TVE, o
colegas de EL MUNDO como Mónica
G. Prieto o Rosa
Meneses.
"Han
sido tres años de pedir datos, contrastar información, hacer entrevistas,
elaborar fichas, comparar sus crónicas... Cada una en nuestra época hemos
tenido problemas, mucha presión por parte de los jefes, las redacciones o los
compañeros, pero ahí estamos", explica sobre el machismo imperante en la
profesión.
Si
levantase la cabeza Francisca de Aculodi, la española que en 1687 se convirtió
en la primera periodista española, se quedaría perpleja al ver el número
creciente de reporteras y enviadas especiales que informan de conflictos
armados. Son testigos de excepción que trabajan al límite en situaciones de
horror y muerte. Describen la guerra, la fotografían y la filman, la analizan,
entrevistan a uno y otro bando, se esfuerzan para que no permanezcamos
impasibles ante las injusticias humanas. Este libro habla de cinco siglos de
periodismo de guerra hecho por mujeres que han informado de acontecimientos
históricos. Desde las pioneras como Carmen de Burgos, Teresa de Escoriaza o Josefina
Carabias, por citar algunas, hasta las jóvenes reporteras españolas que
informan desde Oriente Próximo, África, América y Asia. Todas han conseguido
romper moldes, hacerse un hueco en este difícil sector y convertir su vocación
de periodista en su medio de vida; ser ellas, y no otros, las que informen del
territorio hostil.
Esta
es la primera obra que recoge testimonios de treinta y cuatro periodistas
contemporáneas, que hablan alto y claro. Han sobrevivido a guerrillas,
mercenarios, terroristas, sátrapas, dictadores, francotiradores, políticos
corruptos y traficantes de personas. Han sido detenidas, expulsadas del país,
amenazadas de muerte y tiroteadas, pero todas cuentan con el respeto
profesional que se han ganado a pulso. Han demostrado su valía como nadie y, a
pesar pertenecer a décadas tan alejadas, comparten muchos de los impedimentos
que sufrieron las pioneras de esta profesión.
La vuelta al mundo de Lizzy
Fogg
Elisabeth
G. Iborra
Casiopea
530
páginas
El
libro lleva el subtítulo de Consejos para
mujeres que viajan solas. ¿Se necesita algo más? Sí, un sentido del humor y
del compromiso con el lector, porque en este volumen Iborra nos hablará de los
mejores tiempos, al menos de los mejores tiempos para sus viajes con la
mochila. Y todos nos podemos identificar con ella. “Creo
que a todos suele acabar cambiándonos la vida porque, en tanto tiempo a solas
contigo mismo y poniéndote a prueba cada día, aprendes
realmente quién eres por dentro y vuelves con las ideas bien claras de lo que
quieres y lo que nunca más volverás a aguantar. A todos
los niveles”, ha dejado dicho la autora, que se propone realizar el sueño de
dar la vuelta al mundo y sugiere, a quien lo tenga, que no se ponga escusas,
que, sencillamente, se ponga en marcha. “Espero que mi relato os
despierte la curiosidad, las ganas, la pasión por conocer lugares y gentes que
os llenarán el alma sólo de leer cómo son, imaginaos si
los conocierais en persona”. Durante su periplo se
encuentra con gente impresionante que da lecciones de humanidad y generosidad. De país en país vive mil aventuras, descubre
rincones mágicos que la llevan hasta las lágrimas y se descubre a sí misma en
todas las situaciones, desde lo cotidiano al riesgo. Crece emocional e
intelectualmente. “Para mí, esta vuelta al mundo ha sido mi Postgrado… en
Inteligencia Emocional”.
No se sabe
si emprendió antes la aventura de escribir o la de viajar. Porque Elisabeth G.
Iborra lleva ambas cosas en las venas. Autora de un bestseller (Anécdotas de
enfermeras), y de otros libros que han sido superventas (La medicina todo lo
cura, El amor me persigue, pero yo soy más rápida, a ti te encontré en
Internet, o Este año si!). Elisabeth, vividora, transgresora, con un sentido
del humor que lo llena todo, periodista especializada en temas de sexología y
en relaciones sentimentales, recuerda una de esas pioneras victorianas
adelantada a su tiempo. Porque todo cuanto hace, o la forma en la que lo hace,
tiene algo de rompedor.
La trenza
Laetitia Colombani
Traducción de José Antonio Soriano Marco
Salamandra
208 páginas
Porque esta es una sección
literaria, recomendamos algo de ficción. No es lo habitual, pero en este caso
nos ha parecido que no carece de interés. Para construir esta hermosa y lírica
novela, Colombani se sumergió a fondo no solo dentro de la piel de las tres
mujeres protagonistas, sino también del mundo que les rodea. Las sociedades, el
aspecto y las costumbres, la maldición de las tradiciones y la buena o mala
suerte de no haber elegido dónde nacer, imponen el devenir de las protagonistas
de esta novela. Una buena compañía para el viaje, al mar o a la montaña. Una
obra sobre las bifurcaciones que nos presenta el hecho de vivir y el riesgo de
la elección, sobre el coraje necesario para poner en marcha un orden diferente.
La trenza fue
uno de los fenómenos editoriales de 2017. En esta narración vibrante y
conmovedora, Laetitia Colombani —guionista, directora y actriz de reconocido
prestigio— aborda las historias de tres mujeres que, nacidas en continentes muy
dispares, comparten unas ideas y sentimientos que las unen en un poderoso
anhelo de libertad.
INDIA. En Badlapur, la intocable Smita sobrevive
recogiendo los excrementos de una casta superior. Resignada a su condición,
está decidida en cambio a que su hija no siga sus pasos: la pequeña irá a la
escuela y su vida será digna y provechosa, aunque para ello Smita tenga que
desafiar las normas establecidas.
ITALIA. A Giulia le encanta trabajar en el taller
familiar, el último de Palermo que confecciona pelucas con pelo auténtico.
Hubiera podido ir a la universidad, pero dejó el instituto con dieciséis años
para iniciarse en los secretos de este oficio. Cuando su padre sufre un
accidente y Giulia descubre que el negocio está al borde de la quiebra, afronta
la adversidad con valentía y determinación.
CANADÁ. Sarah es una abogada de éxito en Montreal que lo
ha sacrificado todo por su carrera: dos matrimonios fallidos y tres hijos a los
que no ha visto crecer. Un día, tras caer desmayada en el transcurso de un juicio,
Sarah comprende que su vida ha dado un vuelco y que deberá escoger lo que de
verdad le importa.
Smita, Giulia y Sarah no se conocen, pero tienen en común
el empuje y el tesón de las mujeres que rechazan lo que el destino les ha
reservado y se rebelan contra las circunstancias que las oprimen. Como hilos
invisibles, sus caminos se entrelazan, formando una trenza que simboliza la
voluntad inquebrantable de vivir con esperanza e ilusión.
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