Río revuelto
Joan
Didion
Traducción
de Javier Calvo
Gatopardo
Barcelona,
2018
312
páginas
Sacrificada
bajo adjetivos como costumbrista, esta joven novela de Joan Didion es un relato
enmarcado en un estrato social en el que salirse del costumbrismo es una
obsesión. La gente que pretende ser diferente por elegir mejor el momento de
beber el mejor whisky está a la orden del día, siempre y cuando pueda
permitirse el pagarlo. Si además la obra está ambientada en California, que en
Estados Unidos equivale a los viajes al sur en Europa, en un sentido
metafórico, y a los viajes al norte en un sentido práctico, el engaño del
retrato de una sociedad está servido. Joan Didion escribió esta novela mientras
redactaba pequeños párrafos para revistas de moda y para ello creó sus personajes
y las situaciones a partir de lo que conocía con más inmediatez. De ahí ese
resultado, la atmósfera que tendemos a confundir con el tema. Pero en realidad
este es un libro sobre la farsa y el amor. En este libro se mete el escalpelo
en la familia como farsa y en la búsqueda de la pareja como farsa. Pero no
siempre es así. La gente quiere y es querida porque no cabe otra opción.
Diferenciar la realidad y el deseo es una cuestión que Joan Didion trae a la
novela desde el lugar donde habitualmente se ha estudiado: la poesía.
Nos
ubica en un país que sale de una recesión. Las connotaciones inevitables son
las de crear dos generaciones separadas: la que la vivió y la superó y la que
se crio sin darse cuenta de que se estaba saliendo de una crisis. Para tal
representación se centra en una familia que ha vivido, y ha vivido con un nivel
de gasto alto, gracias a sus plantaciones de lúpulo. Ahora sabemos que puede
tener fines fitoterapéuticos, ahora y en la época de los romanos, cuando
utilizaban almohadas de lúpulo para combatir el insomnio. Pero estas
plantaciones estaban destinadas a complementar la malta en la fermentación de
la cerveza. Apenas tienen valor en la actualidad, o en la actualidad que se nos
representa. La plantación es una metáfora de la transformación industrial. En
resumen, el momento de transformación que se apodera de la novela tiene su
escenario y sus años bien definidos, pero se pueden trasladar a otras épocas y
otros lugares.
Como
se puede hacer la consistencia de los principales actores, gente de la que
dudamos mucho, de la que dudamos su consistencia como adultos o como
adolescentes. En las clases altas también es difícil crecer y asumir que uno
tiene que pasar de la juventud a lo otro. La juventud es le época de los
sueños, de los viajes al sur o a California, del amor loco, y lo otro es la
obligación social de integrarse, de crear la farsa de una familia que a lo largo
de los veinte años que abarca la vida de sus miembros, los retratados en la
novela, no terminan de dar el salto. Joan Didion nos descubre que lo que
creíamos propio de una persona o una sociedad, lo es también de una familia. El
final llegará antes de que haya tenido tiempo de tomar consistencia la
actualidad, el “nosotros” tal y como somos, con nuestra forma de querer puesta
a la vista. Con este material, Didion hubiera firmado una obra maestra de haber
escrito la novela años más tarde. Ella misma reconoce que no terminan de
encajar las piezas. Pero eso a nosotros no nos afecta. Es una buena novela y
nos bastaría con no pensar en que nos enfrentamos a una de las grandes
escritoras americanas de todos los tiempos para apreciarla como tal.
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