Las mejores crónicas para el
mes del libro
Es
el mes de las ferias del libro. Es un mes para pensar en grandes obras por su
escritura, en lugar de las aventuras insólitas. Traemos una selección de libros
que os encantarán, porque leer es posible que no sea una aventura, pero cuando
nos sumergimos en un libro y lo vivimos como propio, que es un derecho que
tiene el lector, pocas experiencias nos resultan más gratas. Estos cinco libros
son un lujo, diamantes que vienen de las minas de todo el planeta.
Imagen de la India
Julián
Marías
La
línea del horizonte
104
páginas
Otra
de esas recuperaciones a las que no nos terminaremos de acostumbrar, y que
tienen a la misma editorial por protagonista. ¿Cómo hace La línea del horizonte para encontrar estos libros? El texto es
breve y conciso, con todos los prejuicios razonables y razonados de un pensador
cuya mejor cualidad fue la divulgativa. Un hombre joven se interna en las
ciudades más representativas con la intención de aprender. Antes hemos hablado
de prejuicios, sí, los que podía tener alguien en 1959, que nos resultan tan
extraños como la propia India. Con un estilo finísimo y delicado, con mucha
ternura por lo que está haciendo, que es, en definitiva, conocer gente, el que
más tarde fuera gran filósofo nos lleva a una India original, uno de esos
lugares que se están echando a perder. En buena medida, es más auténtico el
viaje a través de esta lectura, que el del turista o el mochilero que viajan a
Rajasthan el año 2018.
Contaba el filósofo Julián Marías que a
sus diez años ya fantaseaba con el universo variopinto de la India. Cumplió con
ese viejo sueño a los cuarenta y cinco, cuando en el verano de 1959 recorrió
Mumbai, Bangalore, Mysore, Chennai, Calcuta, Delhi y Agra con ocasión de un congreso
de Filosofía. India llevaba en ese momento poco más de una década de
independencia, pero era ya el joven y anciano país sobre el que muy pronto
planearía una enorme masa de viajeros occidentales en busca de algunas de las
preguntas y respuestas que ya anticipaba Marías.
De su maestro Ortega y Gasset extrae la
pasión por el mirar haciendo nuevo lo consabido,
que es la esencia de las imágenes que configuran una idea de India: de su
prodigioso cine, a sus ubicuas vacas; de sus muchedumbres urbanas al gentío de
sus carreteras; la religión, la muerte y la vida y siempre la alteridad como
circunstancia y confluencia de nuevos saberes. Entre los escasos testimonios
españoles de la experiencia india, el de Marías, que recuperamos tras décadas
de olvido, es de obligada lectura.
China
Fast Forward
Sergi Vicente
Península
420 páginas
"En un
momento me pregunté si valía la pena que mis hijos vivieran en un país con
tanta contaminación o donde lo que comes te puede provocar tres piedras en el
riñón como a mí". Esa es una de las preocupaciones de un periodista que ha
tardado años y años en destilar este libro. La India y China son los dos
observatorios favoritos de los viajeros. Pero Sergi Vicente añade al relato
todas sus preocupaciones, no ya solo una crónica de carácter social o el relato
de las fantasías. De hecho, el miedo a perder la curiosidad y la pasión le
llevó a plantearse escribir este libro. En él, la política, es decir, la
presencia del ciudadano en la formación de la Polis griega, la corriente que exige
democracia, la ineficacia de la disidencia, carecen de presencia de una forma
enigmática. Si quieres formar parte de ella, has de estar prevenido, porque un
funcionario te invitará a tomar té antes de ser detenido. El Partido Comunista
Chino sigue teniendo la sartén por el mango y eso condiciona hasta el punto de
estar integrado en la vida cotidiana, tanto como el arroz. "Todas las
muestras de libertad en China no dejan de ser voladuras controladas",
confiesa Sergi Vicente, que se ha casado con una mujer de un país en el que
apenas se tiene derecho a sacar el tema de los derechos humanos en las
negociaciones con otros países, no sea que el gobierno chino deje de comprar
aviones a las empresas europeas.
Seguramente tan poco como cuando Sergi Vicente aterrizó allí en
2002 con algunas nociones de mandarín y la idea de dar clases de inglés durante
tres semanas. No llegó a utilizar el billete de vuelta. A lo largo de los más
de doce años que siguieron amplió sus conocimientos del país, del idioma y de sus
habitantes y, convertido ya en corresponsal de televisión, recorrió todas las
provincias chinas en busca de la noticia.
Su periplo coincidió con una época de profundos cambios en el país
asiático que han catapultado a China a la primera línea informativa. En muy
pocos años, la población china, más del doble de la europea, ha pasado de las
estrecheces a una confortable existencia de clase media. Como contrapunto,
están ahora en primer término el replanteamiento de prioridades
político-económicas y las urgencias medioambientales y de seguridad alimentaria
de un país demográficamente al límite. Es el precio de estar pasando a cámara
rápida del comunismo maoísta al capitalismo de Estado.
China Fast Forward es un relato trepidante, hecho desde el conocimiento del
territorio y la cultura chinas. Es una historia de amor y desamor a un país.
Pero sobre todo es un libro imprescindible para entender cómo es la China de
hoy y cuáles son sus retos inmediatos de futuro.
Pirenaica
Ander
Izagirre
Geoplaneta
290
páginas
No
vamos a llamar a engaño: Ander Izagirre se ha convertido en el mejor cronista
vivo de este país. O al menos, tan bueno como el mejor. Hasta ahora su
presencia ha sido algo marginal: sus libros se han publicado en pequeñas
editoriales, esas que hacen labor de zapa, que apuestan por gente como Ander,
que ya demostró su talento con poco más de veinte años, y que ha viajado por
medio mundo antes de cumplir los cuarenta. Pero tiene una debilidad: la
bicicleta. Para él es algo más que un vehículo. Es la materia que necesita para
internarse en más hermoso campo de juego que posee ningún deporte. Algo que
comparte con cualquier otra experiencia de montaña, a la que solo el mar le
disputa el trono. En este caso, Ander recorre los Pirineos. Estamos cerca,
estamos en casa, estamos frente a algo que también nosotros podemos hacer. De
ahí ese formato tan peculiar, pues las crónicas literarias se visten de guía de
viajes. Pero da igual el vestido. Ander no quiere ocultar la ilusión, y de esa
materia es de la que se nutre la literatura.
Montañas medio mágicas y
hombres medio osos, un pueblo de pescadores chiflados y un Tour sin un solo
cuerdo, una aldea cubista y un viento surrealista, osos eslovenos y peregrinos
coreanos, una guerra que empezó por una señal de Stop y otra que acabó por tres
vacas, monstruos tímidos y camareros gruñones, un país enano entre montañas
gigantes, emperadores enamorados y condesas pelirrojas, héroes de mentira y
esclavos de verdad. Y un zorro.
Pura vida
Patrick Deville
Traducción de José Manuel Fajardo
Anagrama
280 páginas
Hasta que llegó Patrick Deville, leer biografías era un esfuerzo.
Se trataba de un género árido, en el que la precisión por el detalle a tiempo
se imponía a cualquier trazo literario. La composición era cronológica, la voz
templada, la figura central única. Pero Deville ha hecho de las biografías de
viajeros una narración espléndida, en la que no le importa confundirnos con la
intromisión de personajes improbables, pero no imposibles. En este caso,
Williiam Walker es quien da pie a una novela protagonizada por uno de esos
tipos que no saben vivir si no es huyendo. Reúne a figuras legendarias de las
guerras de Centroamérica, y no le importa intercalar acciones y situaciones
ridículas con mitologías que manipula con la misma inventiva que Borges. En las
obras de Deville no aconsejamos la lectura crítica y erudita. Se trata de un
narrador nato que nos propone entrar en un río a través, siempre, de un
personaje magnético, uno de esos tipos de los que uno se pregunta por qué
diablos no ha oído hablar antes. Deville está construyendo, poco a poco, un
nuevo panteón de leyendas de viaje.
En el centro de este libro está la figura de William Walker, personaje
desmesurado, casi inverosímil, pero real. Un aventurero y filibustero nacido en
Nashville, marcado por la muerte de su amada y fascinado por los poemas de
Byron, que en el siglo XIX partió a la conquista de Sonora –y llegó a fundar
una República de Sonora que acabó en fracaso– y después llegó a Nicaragua con
un grupo de hombres armados y consiguió presidir el país durante un breve
periodo para más tarde, con sólo treinta y seis años, enfrentarse a un pelotón
de fusilamiento en Honduras.
Sobre este personaje «entre ridículo y sublime», al que el New York Tribune
llamó en su día «el Don Quijote de América Latina», escribe el narrador de la
novela desde un hotel de Managua. Y a través de sus evocaciones, pesquisas,
recorridos y encuentros emergen conquistadores, libertadores, dictadores y
revolucionarios, figuras como Gonzalo Fernández Oviedo, Bolívar, Francisco
Morazán, Narciso López, Antonio de la Guardia, el Che y su sombra –el agente
doble Che .50, una figura digna de una película de James Bond–, Ernesto
Cardenal, Sergio Ramírez...
He aquí una novela total, abierta, poliédrica, laberíntica, que se ramifica
en mil historias y dibuja, a partir de la indagación en un personaje histórico
disparatado, un collage de imágenes, un puzle de situaciones que dan como
resultado una estimulante y panorámica mirada sobre la convulsa historia de
América Latina, forjada sobre utopías y violencia. Pura vida es una narración
envolvente, erudita y ágil con la que Patrick Deville inició un ambicioso ciclo
novelístico que recrea la historia a partir de personajes reales arrastrados por
la aventura y el ideal, y del que forman parte las también deslumbrantes Ecuatoria, Peste
& Cólera y Viva.
Tierra madre
Paul
Theroux
Traducción
de Mariano Peyrou
Alfaguara
643
páginas
Este
no es un libro de viajes ni de aventuras. No es un libro de olas y cumbres.
Esto es una novela sobre una familia que habita en uno de los lugares
emblemáticos de Estados Unidos, Cape Cod. Ni siquiera la familia se desplaza,
como ya hicieran los protagonistas de La
costa de los mosquitos, para permitirle escribir sobre el mismo tema. ¿Qué
hace, pues, Tierra madre en esta
selección? Sencillamente, rendir un homenaje a quien más se lo merece.
Alfaguara publica a la par que esta novela El
gran bazar del ferrocarril, el libro de viajes que lanzó al Olimpo de los
viajeros a Paul Theroux. Desde entonces, no ha hecho sino deleitarnos. Hasta
que en El último tren a la zona verde
decide poner fin a sus periplos, explicándonos por qué en unas ochenta páginas
que son la mejor reflexión sobre el viaje que se puede encontrar en las
bibliotecas.
Cuando
alguien suelta la pregunta tipo ¿quién es el mejor escritor de libros de
viajes?, las respuestas varían. El primer lugar lo puede ocupar Bruce Chatwin,
Jan Morris, Colim Thubron, Patrick Leigh Fermor, Rebecca West o Robert Byron.
En eso es complicado ponerse de acuerdo. Pero en lo que todos coinciden es en
que el segundo mejor escritor de libros de viajes es Paul Theroux. Por eso
siempre estará aquí, con nosotros, incluso en este tipo de novelas en las que no
podemos escrutar para distinguir cómo ha afectado una vida de viajes a la
literatura que destila.
Para los
habitantes de Cape Cod, madre es un ejemplo de piedad, austeridad y trabajo
duro. Para su marido y sus siete hijos, es egoísta, a veces mezquina, siempre
tirana y disfruta enfrentándolos entre sí. Angela, su favorita que murió en el
parto, es la única capaz de entenderla, según dice a los demás. Entre estos se
incluyen Fred, un abogado de oficio; Floyd, un divertido profesor; un par de
inseparables hermanas cuya devoción por la figura materna ha consumido sus
vidas, y JP, el narrador, un escritor de éxito cuyo trabajo menosprecia.
Tierra madre es un punzante retrato del impacto que el
narcisismo materno puede tener en una familia, un cautivador, doloroso y a
menudo divertido relato sobre una gran familia que discute, conspira, se
confabula y finalmente vence los dolorosos lazos que la unen.
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