Mil millas hacia la
libertad
William & Ellen Craft
Traducción de María del
Rocío Fernández Pérez
Consonni
Bilbao, 2023
95 páginas
Este libro no está
escrito, este es un libro en el que se nos habla. El matrimonio Craft, que se
expresa a través de la voz de uno de ellos, el marido, William, escapó de la
esclavitud en el año 1848. Para ello urdió una treta, en la que ella, Ellen,
que podía hacerse pasar por blanca, simulara ser la dueña del esclavo que la
acompañaba, y se dirigirían en tren a Filadelfia. Pero ni siquiera en un estado
abolicionista estaban seguros. Las legislaciones eran terribles en todo el
territorio, y amparaban siempre al malhechor, que en este caso eran los dueños,
los poderosos, los violentos. En el libro apenas se menciona el maltrato, no
existe nada de recrearse en las condiciones infrahumanas de vida de los
esclavos. Eso lo deja el narrador para otras voces. Aquí de lo que se trata es
de enfrentarnos a unas costumbres, entrelazadas con las leyes, que impedían a seres
humanos ejercer de tales. De hecho, el libro está escrito con algo que
llamaremos piedad a falta de un término menos manipulado. Hay compasión y misericordia,
y hay un espíritu religioso en estos protagonistas, que no cesan de invocar su
confianza en que exista un buen dios. En algún lugar debería haber hombres
buenos y ellos están dispuestos a recorrer medio planeta con tal de
encontrarlos. Porque quieren asegurarse de que los hijos que van a tener no
vayan a sufrir la suerte que padecieron ellos y sus padres y hermanos: una separación
obligada, cruel, asesina, antes de tiempo.
Sorprende encontrarse con
un país tan dividido como era Estados Unidos en aquella época, donde los
principios básicos de relaciones sociales contrastaban en extremo. Pero las
decisiones políticas cubrían las necesidades de los terratenientes, amparándoles
en todo momento. Y sorprende el atrevimiento en el viaje de esta pareja, que
parece hacerlo con serenidad a lo largo de varios días. Pero apenas se permiten
dormir y no siempre encuentran benefactores. Pero lo que más sorprende, sin
duda, es volver a visitar estos tiempos que hoy en día nos resultan
inconcebibles, ese racismo que se entiende como una relación natural. La forma
de mitigarlo, por no decir combatirlo, que tienen nuestros protagonistas es la
voz del narrador: siempre firme, carente de ningún rencor, centrada en una
supervivencia que no sucederá en caso de perder la compostura. Será esa entereza
lo que destaque, la que haga de este testimonio algo muy especial, algo que
merece la pena ser reconocido. Este se un libro valiente en el que no existe
ningún atisbo de presunción de valor, pero sí mucho de ejemplo, de demostrar
con actos qué es la dignidad.
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