Colonia DMZ
Don Mee Choi
Traducción de Rubén Martín
Giráldez
Rayo verde
Barcelona, 2022
150 páginas
Se puede vivir con miedo
o se puede vivir con poesía. De hecho, a medida que uno va haciéndose más
viejo, se da cuenta de que ambos conceptos son incompatibles. Es posible
incluso que estemos hablando de antónimos: lo opuesto al miedo, dicta el
diccionario, es el coraje. Sobre lo contrario a la poesía no se dicta apenas nada.
Tal vez podríamos hablar de fascismo, de molicie, de basura. Todo ello implica
miedo. El problema de sentir miedo es que uno desea que le pongan suelo bajo
los pies, sea al precio que sea. Y acaba comulgando con ruedas de molino, con
barbaridades que obligan a poner en marcha eso que se conoce como disonancia cognitiva,
o directamente el autoengaño: o tuerzo las explicaciones para acomodarlas al
suelo que piso, por muy idiota que sea el suelo o muy idiota que sea la
explicación, o me veo de nuevo en el vacío. Todo esto se sana con la poesía.
Don Mee Choi (Seúl, 1962)
es consciente de ello y de ahí que construya este precioso libro sobre la tragedia
de Corea. Y decimos construya, pues el libro está formado no sólo por texto,
sino también por unas imágenes y un diseño que funciona como la reivindicación
de la buena memoria. Mee Choi regresa a Corea y reúne testimonios de quienes
sufrieron la violencia militar y colonial, y hablamos de una colonización como
ha llevado a cabo el imperio de Estados Unidos, no de las propias del siglo
XIX. Los testimonios son breves, muy breves, son fragmentos. Como está hecha a base
de fragmentos la memoria de su padre, que se refleja en las fotografías, cuyo
valor testimonial se encarece en el momento en que nos explican su origen, su
singularidad, su trascendencia. En cualquier caso, todo afecta al plano
personal. No se nos habla de la sociedad, de un decurso histórico. Aquí estamos
tratando con lo más íntimo, con lo humano, con lo que podría significarnos a
cada uno de nosotros.
Pero ¿qué sentido tiene
la memoria? La memoria, como la utopía, si está bien trazada sirve para
caminar. Uno camina hacia horizontes, y tras la propuesta de Mee Choi sólo cabe
la luz. Colonia DMZ es como se titula este libro, haciendo referencia a
la zona desmilitarizada que separa las dos Coreas. La desmilitarización real
debería atenerse al espíritu que nos llega a través de estos fragmentos, que
cuando se aparta de los testimonios se sumergen en una poesía que imita a las
aves en vuelo.
Esta obra debería
acompañarnos mucho tiempo, el suficiente como para que aprendamos que poesía es
el antónimo del miedo.
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