El complot de las damas
muertas
Jessa
Crispin
Traducción
de Elvira Herrero Fontalba
Alpha
Decay
Barcelona,
2018
280
páginas
Aunque
se nos entregue en un formato que se podría calificar como libro de viajes, El complot de las damas muertas es un
autorretrato. Jessa Crispin elige un periodo de su vida en el que se desplaza
por varias ciudades de Europa, y una serie de escritores a los que leer y sobre
los que pensar. Pero sus intenciones son el estudio de, arrojémonos al agua sin
coger aire, sus neurosis. Jessa Crispin ejecuta un ejercicio literario que
veremos en pocos libros a lo largo de este año, para saber si su estado
psicoemocional supera el listón de lo patológico o se mantiene bajo control.
Sin duda, la lectura no puede concluir en otra idea que no sea la de que lo
mantiene bajo control, o al menos bajo salud mental. Pues nos regala el que tal
vez sea el mejor libro de viajes del año y uno de los mejores autorretratos,
partiendo de una lucidez como lectora en la que escribe sobre un auténtico
folio en blanco. De cada uno de los autores en los que se basa su ensayo, por
catalogarlo de alguna manera, escribe como si nadie antes hubiera trazado
ningún análisis. El complot de las damas muertas es una obra genial que, por
otra parte, nos entrega en fragmentos de manera que el lector puede acudir al
libro en cualquier momento y leerlo a la velocidad que él mismo precise. Es un
libro pensado en nosotros, porque en su autorretrato estamos todos, pues no
escribe para sí misma, sino para nosotros. Y descubrimos que ha merecido la
pena, y mucho, el conocerla de esta manera.
De
las formas que existen de renacer o de reinventarse, el viaje tal vez sea la más
grata. Independientemente del presupuesto con que uno cuente. De hecho, si éste
es escaso, facilita crearte como un personaje distinto, incluso como otra
persona. A esa llamada acude Crispin, que tiene un hogar que se llama maleta y
un no hogar que se llama ciudad. Es una viajera lenta, que se detiene durante
semanas o meses en cada sitio. Y así le da tiempo a estudiar cómo se adapta
ella a la vez que descubre cómo se adaptaron otros: Jean Rhys a Londres,
Somerset Maugham a San Petarsburgo, Rebecca West a Eslovenia, o las mujeres de
James Joyce y Richard Francis Burton a Trieste. Crispin que el azar está
escrito en algún lugar y consulta el tarot, al que parece no prestar después
demasiada atención, pues a cada cosa que ve la atiende como si acabara de descubrir
que existe. Es una de esas personas que saben que viajan porque les falta algo,
y esperan encontrarlo fuera para integrarlo. Pero que ignoran qué es eso de lo
que carecen. Y les preocupa. Tal vez por ese mismo motivo no tenga reparos en
hablar de sus amores y desamores, y de reconocer que no puede evitar ciertos
prejuicios de un americano viajero, como la consciencia constante de su origen.
Crispin
derriba mitos con un estilo elegante y una contundencia intelectual, en la que
demuestra que mente y sensibilidad son la misma cosa. El caso de Rebecca West y
su celebradísimo Cordero negro, halcón
gris, que desarma como se desmonta un mecano, nos lleva a cuestionarnos
todo lo que habíamos dado por supuesto en la literatura. A juicio de Crispin,
West se comporta como turista en los Balcanes, algo inaudito. Pero es que se
trata de una ciudadana británica que viaja a gastos pagados y que sabe qué es
lo que quieren oír quienes lean sus crónicas. Denuncia también la autocompasión
de Margaret Anderson en el sur de Francia, así como la propia, dado que
reconoce aburrimiento. Y entra en escena, constantemente, las relaciones de
pareja, las propias y las de los personajes que ficticiamente la acompañan en
sus recorridos. Las parejas como cárcel, como traición, como tortura, como
forma de aislarse… culpando por igual a hombres y mujeres, con una mirada y una
soltura a la forma de expresar, que nos da envidia no disponer nosotros de
tanta libertad.
Divergente,
inteligente, con una capacidad insólita para reírse de sí misma, este
autorretrato es la obra de alguien con la salud mental lo bastante bien
amueblada como para saber que tiene que salir distinta de la experiencia. Un
libro magnífico sobre la neurosis.
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