Raíces
Kathleen
Dean Moore
Traducción
de Elisa Lobato Revilla
Barlin
Libros
Valencia,
2025
186
páginas
Si
uno no puede mejorar el silencio, lo mejor es callarse. ¿Cuál es el mejor
silencio dentro del que uno puede convivir? Lo más probable, si se estudian
todos los silencios que uno ha conocido, es que concluya que ninguno superará
jamás al de la naturaleza, y a ser posible al que se impone durante la aurora
en pleno bosque, pleno desierto o pleno océano. Aprender a respetar ese
silencio supone darse cuenta de que el mundo es un lugar asombroso al que
debemos amar. De esa fuente bebieron autoras que llevan unos años implantados
en lo mejor de nuestra emoción, como Annie Dillard, Mary Oliver o Rachel
Carson. Estas personas, que a su vez conocieron a autores clásicos como Thoreau
o Emerson, llegaron a la conclusión de que la única forma de expresarse sin
romper ese silencio será con una escritura poética. En ocasiones fue combativa,
como supuso la aparición de Primavera silenciosa, pero ese combate tenía
la finalidad de luchar a favor de lo justo, de los seres que no tienen voz. En
cualquier caso, nuestros autores sabían que existe un vínculo directo entre el
silencio de la naturaleza y la poesía.
Ahora
Barlin Libros nos acerca a la obra de Kathleen Dean Moore (Berea, Ohio, 1947)
que se une a ellas de un modo que reivindica la naturaleza, pero también al ser
humano en contacto con ella, en convivencia con ella. Es importante cuidar de
lo que más nos satisface, lo que nos ofrece el mejor de los silencios, pero
también tener en cuenta que para aprender a quererlo lo que hay que hacer es vivir
allí y prestar atención a lo que se está viviendo. «Quiero que se asomen (mis
hijos) a un mundo racional donde el orden les proporcione placer y consuelo,
pero también a un mundo improbable, de sonidos prodigiosos y colores extraordinarios,
donde siempre exista la posibilidad de encontrar algo raro y muy hermoso, algo
que no se halle en los libros». De esta manera relaciona querer y respetar nuestra
autora.
El
libro se articula a partir de centros de interés, y cada uno de ellos tiene que
ver con una experiencia en la naturaleza: un animal, un fenómeno atmosférico, un
paraje. Dean Moore no esconde lo que nos puede dar miedo o lo que nos puede
resultar difícil, y además aporta el conocimiento de la condición humana a cada
reflexión, a cada exposición. El libro está escrito hace más de veinticinco
años, en una época sin teléfonos que interrumpieran nuestra concentración y con
las redes sociales en uso incipiente. Entonces la atención era algo casi
innato, algo que no habíamos matado. Pero eso no invalida el espíritu de este
libro. Más bien al contrario: su lectura es un estímulo para apagar pantallas y
salir a vivir ahí afuera, para aprender lo que ella va reivindicando: «Nos
damos cuenta demasiado tarde de que nunca enseñamos a nuestros alumnos aquello
que los patos saben sin saberlo: que “debemos amar la vida antes que el sentido
de la vida”». Filósofa y naturalista, Dean Moore va reivindicando el
conocimiento a través de la experiencia y lo holístico: «Quienes damos clase en
la universidad deberíamos estudiar las conexiones, pero en vez de eso
estudiamos las diferencias». Raíces es un tratado sobre la belleza como
compendio de ética y estética. Una obra que debería llegar a muchos lectores.
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