Trol
Luis
Pérez Ochando
El
Transbordador
Málaga,
2020
173
páginas
Luis
Pérez Ochando (Requena, 1982) nos propone un relato en el que una niña tiene
por hermano a uno de ellos. Las interpretaciones que se nos van ocurriendo a lo
largo de la lectura son varias: desde que se trate de una invención de la niña,
debida al exceso de celos por culpa del síndrome del príncipe destronado, hasta
que sea real y los padres se equivoquen al verlo, por culpa del deseo de tener
un hijo hermoso. Al fin y al cabo, no hay padre que no considere que su hijo es
guapo. Poco importará la resolución final, pues a lo que atendemos es a una
transformación en la que se confunden niños y bestias. Cabe resaltar que en los
sucesos irá influyendo la desaparición de la vida de la pequeña de un perro: perdemos
a la figura antitrol, a la bestia amable, al amigo, y aparece la bestia
cercana, el hermano, un anuncio de algo terrible. La convivencia irá dando
lugar a diversos sucesos más o menos previsibles, más o menos imaginativos, en
los que la figura que representa nuestro miedo a la naturaleza retuerce una
vida costumbrista. Pero a medida que avanzamos, el deseo de ser naturaleza, aunque
en ocasiones eso implique ser salvaje, se impone.
Esta
novela breve funciona mucho como un relato audiovisual, como si estuviera
pensada para transformarse en un episodio de una serie fantástica, en la que lo
extraño se inmiscuyera en nuestras vidas sin permiso. Estamos habituados a
narraciones de este calado, por lo que nos resultará cordial la lectura, que no
pretende lucirse estilísticamente. Todo está en función de la relación con el
lector, que asiste al pequeño teatro preguntándose para qué creamos a los
monstruos si no es para que nos resuelvan los enigmas que la ciencia y la
técnica no es capaz de doblegar, a no ser destrozando la parte salvaje de
nosotros, que deberíamos tratar de conservar con cuidado, pues sólo así
podremos reconciliarnos con aquello que no conocemos, que es la fuente de la
que mana el miedo.
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