Un
héroe olvidado
Michael
Smith
Traducción
de Tomás Fernández Aúz
Capitán
Swing
Madrid,
2024
520
páginas
Para
quien esté familiarizado con la época en que las expediciones suponían descubrimiento,
los apellidos Amundsen y Scott, Shackleton o Nansen no le resultarán extraños.
Pero también será familiares otros, como el del propio Tom Crean, el irlandés
que participó en varias expediciones a la Antártida y de todas ellas regresó
ileso. Era un secundario de lujo, una de esas personas que garantizaban suelo
firme, un pilar que sostenía todo el edificio. En este libro, el especialista
en exploraciones antárticas Michael Smith (Londres, 1946) reivindica su figura
y nos convence de que Crean se merece una leyenda, su propia Eneida, su propio
canto epopéyico. Este proyecto lo inicia Smith intentando construir una
biografía, pero lo que termina por escribir es un nuevo relato de las
expediciones británicas más populares al gran continente helado, las lideradas
por Robert Scott y por Ernest Shackleton. El gran problema al que se enfrenta
el autor es a la escasa documentación que se puede hallar sobre la vida de Tom
Crean. Tal vez fuera suficiente como para escribir una biografía novelada, pero
la intención de Smith no es esa, la intención de Smith es reflejar la dureza de
la vida en las expediciones extremas a principios del siglo XX, y el mérito que
tiene no ya la propia supervivencia, sino ser un partícipe activo en la
supervivencia de los compañeros de viaje.
Crean,
no quepa duda, es uno de esos personajes que portan la antorcha cuando todos nos
adentramos en una cueva oscura. Porque es un titán, pero también un tipo muy
humilde. Vive en la época en que los viajes no tenían fecha de regreso, y estas
grandes expediciones podrían demorarse hasta quién sabe cuántos años, si es que
conseguían regresar los que participaban de ellas. Una buena parte del libro
está concentrada en representar la dureza del territorio, y en consecuencia el
esfuerzo que suponía su exploración para los que viajaban hasta allí, tal vez
rayando la locura, pero sin duda mostrándonos la mejor faceta humana, esa que
solo aparece en situaciones extremas. La filosofía de la exploración que expone
Smith a lo largo de más de quinientas páginas es la filosofía del aprendizaje,
de quienes desean participar del mismo en un diálogo permanente con la
geografía y los encuentros.
Es
fácil deducir, por lo que estamos comentando, que la figura de Tom Crean, que
no deja de ser elogiada una y otra vez por el autor, es el centro de interés
del libro, sirve para organizar la exposición principal, que son los relatos de
las expediciones en que participó. Volvemos a acompañar a Robert Scott en su coronación
de plata, y volvemos a conocer a los que navegaron en el Endurance y resistieron
en la que es la mayor batalla épica de supervivencia que de la que se tiene
noticia en el mundo de la exploración. Ante la dificultad que supone construir
al personaje con lo poco que se puede hallar sobre él, Smith opta por construir
su entorno y nos entromete en él de modo que volvemos a darnos cuenta de lo que
supuso cada paso que él dio. El lamento por todo lo que no podemos saber sobre
él es constante. Incluso en los capítulos finales, donde se nos habla de un
Crean familiar, empeñado en llevar una vida hogareña en una aldea de su viejo
condado de Kerry.
Smith
se propuso llevar a cabo un proyecto muy ambicioso, tanto como escribir una
obra voluminosa sobre alguien que se merece mucho más que esto. Esa ambición le
lleva a entregar lo mejor de sí mismo a la hora de mostrarnos la erudición que
posee sobre estas expediciones, y a la hora de analizar los aciertos y errores
de las mismas. El libre está lleno de detalles precisos que lo enriquecen. Pero
lo que más lo enriquece, sin duda, es la emoción de compartir otra vez estas
aventuras con los personajes que tanto queremos, porque son los que van a
encender la luz en épocas oscuras.
Fuente: Zenda
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