Un día de guerra en
Ayacucho
Fermín Goñi
Fondo de Cultura
Económica
2021
184 páginas
¿Puede entonarse un hecho
bélico como un acto heroico? La pregunta surge al intentar definir la épica. Respecto
a la Odisea no nos cabe duda, se trata de épica. Como no nos cabe duda si
leemos un relato de conquista de una gran cumbre o una travesía en la
Antártida. Incluso en las novelas de crecimiento, del paso a la madurez,
tratamos con el género épico. Pero al entonar un canto que se refiere a la
guerra, ¿cuánto hay de mejora humana en la batalla? ¿Cuánto de resiliencia, o
de definición del alma? El dibujo sobre la civilización atañe a las fronteras, por
ejemplo, o a la visión del otro como enemigo, no como persona, lo cual no
sabemos si terminará de ser una aportación a la épica, que es un género que nos
traza rutas para ayudarnos a crecer en lo que nos hace buenos, en el buen
sentido de la palabra bueno: cooperación, amor, generosidad, humildad, sabiduría.
Leemos Un día en la
guerra de Ayacucho, de Fermín Goñi (Pamplona, 1953), preguntándonos si existe
una intención de relato épico. Sabemos que es una obra coral, en la que los personajes
trazan, a ráfagas, dibujos de humanidad, aunque parece interesarse más por un
mapa cronológico de lo que fue aquella gran batalla. En Ayacucho se libró el
enfrentamiento definitivo con la independencia de América del Sur en juego, el
que dará pie al nacimiento de Perú. Se despliegan todos los recursos de
estrategia bélicos, que el autor va refiriendo con pulcritud, de manera que resulta
sencillo seguir los acontecimientos. En cierta medida, es como si asistiéramos
a la batalla desde una distancia prudente, pues por dentro, ya lo demostró
Stendhal en La cartuja de Parma, son un caos. Nos acercaremos a los
personajes, a la dimensión cercana, cuando aparezcan mujeres, niños, o
personajes marginales. Respecto a los que visten uniforme, si asistimos a algún
conflicto cuando cobran presencia, ese conflicto tiene que ver con la batalla.
Es irreprochable en
trabajo de documentación, que nos hace dudar sobre qué punto es ficción y cuál se
adhiere a la historia. Como lo es el estilo de Goñi, que elige una prosa
cuidada, discreta pero con un sonido lo bastante cano como para transmitir el
ambiente de época. La novela resultará de lo más atractiva a los aficionados al
género. Y a quienes tenemos demasiados huecos por rellenar en los conocimientos
de historia, nos ayudará a completarlos. Pero que nadie espere encontrar en el
general Sucre, por ejemplo, a un miembro de la tripulación de Ulises. Es un
tipo de lucha diferente, lo bastante diferente como para que dudemos si este
género es épico, al menos en el sentido en que eran épicos las grandes cantares
de gesta: las virtudes del héroe serán leyenda porque son el faro que nos guía
en la oscuridad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario