domingo, 12 de septiembre de 2021

LOS EXTRAÑOS

 

Los extraños

Jon Bilbao

Impedimenta

Madrid, 2021

136 páginas

 


El pulpo en el garaje, el extraño que interrumpe una vida acomodada, sigue siendo un recurso que da lugar a comedias de situación, como en las series Alf o El príncipe de Bel Air, o a relatos terroríficos en los que hasta puede desaparecer el extraño, como en Casa tomada. Jon Bilbao (Ribadesella, 1972) refresca el recurso con la participación de parejas: son dos quienes habitan la casa, dos quienes ocupan parte de ella y condicionan los sucesos, dos quienes se asoman para pregonar la arribada de extraterrestres o de dioses, y dos los perros cuya presencia intimida. Todo en un entorno conocidísimo para el autor, Ribadesella, que en ocasiones es ideal para unas vacaciones, y en otros una opción para el aburrimiento. Así dispuesto, algo hay de obra de teatro en la configuración de una novela breve, sencilla e imaginativa.

La pareja acomodada vive en una situación abúlica, en la que ni siquiera el cine porno les sirve de estímulo. Trabajan en sus mesas, comen cualquier cosa, ella está embarazada y tienen a su disposición una mujer que les ayuda con las tareas de la casa. La pareja que interrumpe está formada por el hijo de un conocido y una desconocida, supuesta secretaria de un amigo que vigila la torpe entrega a una vida supuestamente disoluta del muchacho. En realidad, se comportan como amantes que se ocultan hasta a sí mismos. Luego están los visionarios, quienes creen ver en unas extrañas luces la llegada de extraterrestres y el anuncio del nuevo Mesías, que son contrapunto utópico, si es que la locura puede ser utopía. Se trata de una suerte de intrusos ocasionales, de los que llaman a las puertas para hacer proselitismo. En cuanto a los perros, se transforman en las figuras de disputa y la posibilidad de terror, ante el miedo casi fóbico de la mujer embarazada y el forcejeo de los intrusos por mantenerlos sueltos, a pesar de las súplicas de la mujer.

La obra está atravesada por elementos cuyo simbolismo no es necesario explicar: las luces en el cielo, la locura, la serpiente, la pornografía, el embarazo y la rutina. Aunque bien pudiera tratarse de una obra que intente provocarnos inquietud por las atracciones que nos llevan, precisamente, a alejarnos de la rutina como las polillas se alejan de la oscuridad buscando la luz. Y en este caso, será en el halo de luz donde no aguarden monstruos de un tamaño más o menos caótico.

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