Las
voces de Quimera
Jofre
Casanovas (editor)
Montesinos
Barcelona,
2024
614
páginas
Para
aprender a estar en este planeta conviene prestar atención a cómo se han girado
hacia él nuestros maestros. En buena medida, eso es lo que esperamos descubrir
cuando leemos una entrevista a alguien que admiramos: «por favor, dime qué es
lo que tengo que hacer para entender que puedo ser feliz en este mundo». Si su
obra, su efecto, su paso por la superficie de la tierra nos ha ayudado,
confiamos en que también nos ayude su saber estar. Esta selección de
entrevistas que se publicaron en la revista Quimera en la década de los ochenta
es un cubo de Rubik en el que se atiende no sólo a la literatura, sino también
a proyectos vitales. Aunque debemos aclarar que en cada entrevista el
protagonista se centra, mayormente, en una de las facetas de su vida: su
creación literaria, su forma de ver el mundo, sus circunstancias vitales. Leídas
cuarenta años después, siguen siendo, eso sí, reveladoras.
Quimera
nace en noviembre de 1980 como una revista de fondo. No se trata tanto de
atender a la actualidad como de atender a la literatura, que carece de
caducidad. Miguel Riera, su fundador, en la entrevista que se le hace a modo de
prólogo, califica esta etapa literaria como deslumbrante, por la irrupción de
la literatura latinoamericana, por la divulgación de la gran literatura europea
y por coincidir con un periodo, en España, de instauración democrática. Las
entrevistas son extensas, fruto de encuentros en los que el entrevistador se
puede entretener con el escritor, lo cual nos sorprende en esta época, en la
que se busca el impacto de una opinión en pocos caracteres. Cabe destacar,
también, que quienes llevan a cabo las entrevistas —Miguel Riera, Carme Riera,
María Dolores Aguilera, Ciro Bianchi Ross, Luis H. Castellanos, Juan Francisco
Martín Gil, Ubaldo de Casanova Todoli, Susana Camps, Ramón Freixas, Ana
Rodríguez Fischer, Daniel Fernández, Alicia Giménez o Ana María Moix— demuestran
conocer al dedillo la obra del autor entrevistado. En algunos casos puede no
ser muy complejo, dado que se acercaron a él tras el éxito de alguna de sus
primeras obras, que ocasionaron bastante impacto —Bernardo Atxaga, Antonio Muñoz
Molina, Eduardo Mendoza—, pero esto se vuelve más valioso cuando se habla con
autores muy consagrados: Susan Sontag, Thomas Bernhard, José Lezama Lima, Gonzalo
Torrente Ballester. En total son cincuenta las aproximaciones que hacemos a escritores
que, al echar la vista atrás, nos damos cuenta de todo lo que les hemos
querido.
Pero
al leerlas actualmente no es el cariño lo único que se impone: acudimos al
recuerdo y reconocimiento de lo que nos ha formado. Nos ayudan a desvelar de
dónde venimos, nos explicamos por qué hemos construido estas leyendas, y a qué
se debe que necesitemos de que permanezcan con nosotros: hablamos de ideales,
hablamos de creación, hablamos de comprensión, hablamos de esa paradoja que
conlleva la coexistencia de la literatura con la vida, que nos orienta por
tantos caminos. Da igual que estemos tratando de técnicas literarias o de poner
el corazón al desnudo, lo que importa es conocer lo que les ha construido, que
es lo que nos está construyendo a nosotros. Recuperar estas entrevistas es
mucho más que un acierto editorial: antes hemos dicho que la literatura no
caduca, a lo que debemos añadir su carácter universal. No se trata de competir
por saber en qué país han crecido los mejores autores, sino de darnos cuenta de
que su obra está ahí para todos. Por eso cuando se expresan en una entrevista,
tienen en cuenta que hay mucha más gente detrás del entrevistador, de ahí que
nos encante encontrar en ellos trozos de humanidad. Sólo cabe invitar a los
lectores a enfrentarse a este volumen, que actualiza lo que no debería haberse
escondido jamás.
Fuente: Zenda