Un
inmenso azul
Patrick
Svensson
Traducción
de Carolina Moreno Tena
Libros
del Asteroide
Barcelona,
2024
274
páginas
No
se trata ya de esa soledad que uno siente frente al mar, la que nos llega casi como
una mística, sino de saltar desde la más tierna curiosidad por nuestra relación
con él, hasta un extraordinario agradecimiento por la historia que esta
relación ha generado. «Es una pulsión que tiene un vínculo muy estrecho con el
deseo», escribe Patrick Svensson (Kvidinge, 1972), «es el ser humano que está
constantemente en contacto con lo que es la humanidad, un sentimiento de
pertenencia y de cohesión que se extiende más allá de los mares del planeta y
de las generaciones. Es el ser que observa, que describe, que busca y que explora.
Es el ser que sondea». Un inmenso azul es un particular homenaje al mar
que debería ser leído en todos los institutos y, nos atreveríamos a decir, en
cualquier facultad, sea de la especialidad que sea. Es un entretenidísimo libro
divulgativo en el que el autor se detiene en varias etapas de la historia de la
humanidad en la que los vínculos han sido muy especiales, en momentos en que
hemos salido mejores gracias al agua. ¿Por qué mejores? Porque hemos seguido
reconociendo la magia, el enigma, lo contemplativo, sin enturbiar el impulso
del conocimiento: hemos seguido en lo poético mientras nos adentrábamos en lo
científico.
«Porque
cuando se trata del mar, en realidad, esto es lo único de lo que podemos estar
completamente seguros: siempre quedará espacio para más preguntas», sostiene
mientras se adentra en la exploración, la pesca, los fósiles, los abismos,
hasta terminar en quienes piensan el mar. Cada uno de los episodios viene
representado por alguien elegido como muy significativo en su ámbito. Ahí está
Magallanes, como el gran explorador, pero también quien fuera su esclavo, su
intérprete y, finalmente, su traidor, y tal vez el primero en dar la vuelta al
mundo pues fue capturado en Malaca y se perdió su rastro en Filipinas. También
tiene presencia los cazadores de ballenas, de cachalotes, las criaturas más
semejantes al Leviatán, que terminaron por ser considerados aventureros a pesar
de practicar uno de los oficios más rudos. Y la evolución de los métodos de
sondeo, porque el protagonismo del fondo marino, el lugar más desconocido de
nuestro entorno, no puede evitarse, y que nos lleva hasta los pioneros en su
exploración con un rudimentario batiscafo en los años sesenta. Conoceremos a un
panadero escocés que recopilaba fósiles en sus paseos y dio con el del primer
pez que se reprodujo de forma sexuada. Y terminaremos con una de las mujeres
que más han contribuido a nuestro amor por el mar y la naturaleza, Rachel Carson,
que nos ayuda a centrar nuestros vínculos en el sentimiento, que cree en algo
muy semejante a la hipótesis de Gaia, que está convencida de que «el ser humano
se vuelve mejor persona con el mar (…) es una parte de un ciclo y que este
ciclo es una interacción continua e infinita de la que ninguna forma de vida
puede excluirse».
Escrito
con una sencillez que da envidia, Un inmenso azul nos demuestra que la
esencia del hombre es el viaje, entendiendo por viaje cualquier desplazamiento
empujado por la curiosidad y que da lugar al asombro. Desde una inteligencia
espacial que sostiene que para comprender el mundo que nos rodea es necesario
sentirlo, Svensson nos habla sobre los beneficios salvíficos de relacionarse
con la naturaleza y con los pequeños y grandes prodigios que nos están
esperando si nos atrevemos a indagar en los descubrimientos. Es un libro que
muestra un infinito respeto por el mar y por el hombre, que nos señala hacia
dónde dirigirnos cuando nos queremos perder en secretos, porque perderse es un
arte que nos ayuda a congraciarnos con nuestra parte más sensible. Un
inmenso azul es un libro deslumbrante que nos ayuda a querer conservar lo
mejor que nos rodea y lo mejor que hemos creado.
Fuente: Zenda
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