sábado, 10 de mayo de 2025

EL COMANDANTE YANQUI

 

El comandante yanqui

David Grann

Traducción de Sandra Caula

Big Sur

Barcelona, 2025

117 páginas

 



Atrás quedaron los sueños de revolución, que ahora leemos como trazas de la historia cuando hablamos de Espartaco o la toma del Palacio de Invierno. Ahora lo más rebelde que a la mayoría de la gente se le ocurre hacer es retrasar la hora de acostarse para ver un capítulo más de alguna serie de moda. Llevar la contraria se reduce a ir a trabajar con sueño. Aunque también están los escaparates de las tiendas, donde de vez en cuando encontramos alguna ropa que nos recuerda a los movimientos antisistema de los años sesenta, setenta y ochenta, desde los hippies hasta el punk. Es posible que el último gran sueño frustrado de muchas generaciones fuera el que se fraguó en la sierra de Cuba, y que todavía, hoy en día, resulta controvertido, polémico, triste. Nadie ha sabido dar respuesta a cómo ha de venir la verdadera revolución. Pero en esos años, la euforia era una marejada que hacía latir fuerte los corazones de los insurgentes, convencidos de estar montando un mundo mejor. Entre ellos se encontraba William Alexander Morgan, un estadounidense con una increíble personalidad: mitómano, primario, inconsciente, tal vez algo loco, o al menos eso es lo que nos intenta hacer llegar David Grann (Nueva York, 1967) en esta deliciosa crónica en la que se resume la corta vida del revolucionario.

Morgan compartió campamentos y balas con los hermanos Castro y el Ché Guevara. Quiso ser leyenda y a juzgar por lo que nos comenta Grann, todavía estamos a tiempo de construir una leyenda sobre sus cenizas. Fue dirigente dentro del esquema militar, se casó con una mujer de allí y terminó sus días acusado de traición a la patria, en un final que se nos relata de manera concisa, lo cual le hace más aterrador. En realidad, estamos frente a un texto que nos habla de un tipo que supera lo humano, alguien que forma parte de un mito, pero que acabará padeciendo los miedos de lo que es demasiado humano, de la peor parte de lo que somos.

Grann nos va introduciendo, a través de Morgan y los personajes que le orbitan, en una parte esencial de la historia contemporánea, sin referirse a tal con ningún concepto geopolítico. Lo que él pretende, y consigue, es construir una crónica sobre cómo se crea y destruye una leyenda. Y esta crónica funciona a toda velocidad, sin permitirse ningún tipo de derivación que desvíe la atención sobre el personaje central, al que no perdemos la pista en ningún momento. Es como si consiguiera escribir una biografía siguiendo todos los atajos, algo propio de los libros de aventuras. Estamos frente a un libro estupendo sobre alguno de los asuntos que todavía tenemos que meditar: qué fue, qué pudo haber sido y quiénes son estos tipos, locos o líderes, que protagonizaron grandes amores y grandes naufragios.

 

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